En 2002, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, con José María Álvarez del Manzano a la cabeza, cedía una parcela de más de 150.000 metros cuadrados situada en el distrito de Hortaleza a Miramón Mendi S.L. la productora del empresario José Luis Moreno para construir el Coliseo de las Tres Culturas, un monumental centro cultural que fue presentado en sociedad el 14 de abril de 2004 con un presupuesto de 164 millones de euros.
El proyecto “concebido y diseñado para convertirse en el referente cultural mundial de las artes escénicas” contaría con “tres grandes espacios escénicos, únicos por su dotación, capacidad y condiciones, un museo de arte moderno y contemporáneo, un conservatorio de música, varias salas de exposiciones, una escuela de arte dramático y diversos centros de enseñanza artística para los más jóvenes”. En virtud del acuerdo de cesión, las obras de construcción del centro deberían concluir en 2006 para su inmediata puesta en funcionamiento.
El 21 de noviembre de 2006 y, toda vez que las obras ni siquiera habían comenzado, la FRAVM urgió al Consistorio madrileño a que recuperara la parcela municipal por incumplimiento del plazo de ejecución de las obras y modificara nuevamente el Plan General de Ordenación Urbana de la capital para devolver la parcela a su uso original: el de equipamiento básico.
Tras más de tres años de insistentes demandas, el 17 de febrero de 2010 la coordinadora general de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital, Beatriz Lobón, anunciaba que el Consistorio había iniciado ‘un expediente para la resolución del derecho de superficie y la reversión del suelo al Ayuntamiento de Madrid’.
Casi un año después, la FRAVM se ha vuelto a interesar por el estado del expediente de reversión de la parcela en la comisión informativa de Urbanismo toda vez que las asociaciones vecinales de Hortaleza insisten en la necesidad de construir, en la misma, un instituto de enseñanza secundaria. A tenor de la respuesta de la coordinadora del área, tendrán que seguir esperando toda vez que ‘el trámite sigue su curso’.