Mañana se cumplirá 1 año, 6 meses y 21 días de existencia de un centro social que en un barrio con fuertes carencias socioculturales, se ha convertido en un auténtico equipamiento público para los vecinos y vecinas. Centenares de actividades culturales, sociales y políticas se han desarrollado en su seno y se pueden contar por millares las personas que han usado o usan sus salas y/o han participado en sus actos. Por esta razón, junto a la FRAVM, las entidades vecinales ACIBU y la Asociación de Vecinos y Vecinas del Barrio de Malasaña y Universidad, se adhirieron hace unas semanas a una solicitud de expropiación que la asamblea de gestión del centro social consignó en Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.
Tal y como sostiene el centro social, la orden de desalojo “es extremadamente anómala. El pasado mes de junio el Patio Maravillas recibió una orden de desalojo cautelar decretada por el mismo juzgado. Se presentó ante el juez un completo dossier de actividades y numerosas autoinculpaciones exigiendo que el juez escuchara lo que las gentes del Patio teníamos que decir antes de decretar ningún desalojo. El juez aceptó 57 autoinculpaciones y paró el desalojo. En los últimos seis meses llamó a declarar a tan solo 5 de esas 57 personas autoinculpadas. A mediados de diciembre decretó una nueva orden de desalojo. Ejerciendo nuestro derecho, presentamos un recurso a dicha orden exigiendo que el juez mantuviera el compromiso adquirido meses antes. El jueves 15 de enero recibimos la noticia del desalojo sin saber nada de nuestro recurso. Nos informamos en los juzgados y descubrimos que desde el día de la presentación del recurso nadie lo había tramitado (una falta muy grave por dejarnos en una situación de indefensión legal)”.