Las asociaciones vecinales federadas de los distritos de Moncloa, Arganzuela, Usera, Latina y Carabanchel apoyan la iniciativa municipal para regenerar la ribera del Manzanares a su paso por la capital y convertirla en una zona verde de disfrute público, pero demandan que esto no sea únicamente un escaparate que oculte las carencias de las zonas anejas. Por ello, exigen que se frenen ciertas propuestas de recalificación de terrenos para construir viviendas, la creación de nuevos equipamientos sociales o la recuperación urgente de ciertos espacios sensibles. La mayor parte de las propuestas no son nuevas: fueron presentadas en su día ante los planes de recalificación de los terrenos del Vicente Calderón y los cinco proyectos de soterramiento de la M-30, entre otras iniciativas. Todas tienen un mismo telón de fondo, tal y como refleja el escrito de las alegaciones: “nuestra sistemática crítica y oposición a la sobredensificación residencial”.
Desde de que se conocieran los propósitos del Consistorio de trasladar el estadio, las asociaciones de la FRAVM se han opuesto a la recalificación de sus terrenos y a la de la antigua fábrica Mahou, para levantar miles de viviendas. La Federación defiende que el suelo de la factoría de cerveza, que hace unos años cerró sus puertas para trasladarse a Guadalajara, siga manteniendo su calificación de uso industrial para “alojar otras actividades industriales o económicas compatibles con el uso residencial del entorno”. Respecto al Calderón, en sintonía con las asociaciones de San Blas, se opone a su traslado a La Peineta por los problemas de movilidad que puede generar en la zona y por tratarse de un proyecto que implica la cesión de un equipamiento público que utilizan los vecinos a una entidad privada con ánimo de lucro, el Atlético de Madrid.