Un 6% de la población de la Comunidad de Madrid -530.000 personas- vive en condiciones de extrema pobreza. Un porcentaje muy superior apenas alcanza el 50% de la renta media que define los márgenes de la pobreza relativa.
El desempleo y la exclusión en el trabajo –personas empleadas con bajo salario crónico y elevadas tasas de eventualidad- explican, en gran medida, la precarización de las condiciones de vida de cada vez más amplios sectores de la población.
A principios de 2005, la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, la Asociación Semilla, la Unión de Cooperativas Madrileñas de Trabajo Asociado (UCMTA), la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), la Fundación Carmen Pardo- Valcarce y Mujeres Vecinales se embarcaron en el Proyecto Equal Aldebarán para facilitar la inserción laboral de los colectivos desfavorecidos, especialmente mujeres, personas con discapacidad, inmigrantes y jóvenes en situación de riesgo de exclusión a través de programas de formación, asesoramiento y mediación laboral.
Esta mañana, representantes de las organizaciones que forman parte de la Agrupación de Desarrollo del proyecto han presentado en la Oficina de la Representación en España de la Comisión Europea los frutos de tres años de trabajo: 2.793 personas –un 70,7% de ellas mujeres; un 56,6% migrantes y un 8% personas con discapacidad física, sensorial o psíquica- han sido hecho uso de los servicios ofertados por el proyecto; 165 han encontrado empleo; se han impartido 4.000 horas de formación ocupacional y 100 horas de formación especializada dirigidas al personal técnico en orientación laboral de diferentes entidades; se ha promovido la constitución de una empresa de inserción, un Centro Especial de Empleo y dos cooperativas de integración -hay otras tres en vías de constitución-. Además, hay que sumar a todo ello la puesta en marcha de un gabinete de gestión del conocimiento sobre empleo.
Algunas prácticas desarrolladas en el marco del proyecto han merecido la atención de los técnicos de empleo. Es el caso de la firma de convenios –veinticinco en tres años- de formación con empresas con compromiso de contratación, una fórmula que establece una colaboración con empresas que incluye formación a la carta sobre las necesidades reales que detecta en sus procesos de incorporación de nuevo personal y el compromiso de contratar un porcentaje del alumnado que finalice la formación. Esta idea ha sido recogida como buena práctica en la publicación “Prácticas de interés de la iniciativa EQUAL en la Comunidad de Madrid” y adoptada como idea fuerza por Equal Extremadura.
Los representantes de las organizaciones que forman parte de la Agrupación de Desarrollo han subrayado la cooperación, la creación de sinergias y el aprendizaje derivado del trabajo conjunto para desarrollar el proyecto. ‘Nuestra entidad -ha señalado Nacho Murgui, presidente de la FRAVM- está acostumbrada al trabajo en red. No en vano, somos una federación de 240 asociaciones de vecinos de la Comunidad de Madrid. Pero este proyecto ha logrado abrir más aún nuestra visión hacia colectivos como el de las personas con discapacidad, con las que hemos trabajado para dar continuidad a una lucha que está en la base misma del nacimiento del movimiento vecinal: la lucha por la justicia social, el reconocimiento de los derechos sociales y de ciudadanía y el reequilibrio social y territorial de nuestra región. En este sentido, Aldebarán ha aportado a nuestra organización un valor añadido en forma de conocimiento y comprensión de los problemas que afectan a nuestros vecinos y vecinas más desfavorecidas, lo que nos proporcionará más y mejores herramientas para continuar con nuestra lucha’.