El Ayuntamiento de Madrid aprobará la construcción de un Mercadona que rechaza el vecindario

Si no rectifica a última hora, Ahora Madrid votará en el pleno municipal de mañana a favor del cambio de uso de dos parcelas situadas en la calle Estocolmo (San Blas) con objeto de que Mercadona pueda construir un nuevo supermercado. Sus votos, y la anunciada abstención del PP (PSOE y Ciudadanos votarán en contra) facilitarán que la empresa de Juan Roig ponga en marcha un centro que tiene el rechazo del vecindario.

El Ayuntamiento de Madrid aprobará la construcción de un Mercadona que rechaza el vecindario
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“Supermercados de confianza” es el lema de la empresa de Juan Roig, el hombre con la fortuna privada más grande de España. Una frase que en el barrio de Las Rosas (San Blas) suena a burla. Desde hace semanas, su vecindario, especialmente aquel que se verá directamente afectado de ejecutarse el proyecto, se moviliza contra la construcción de un nuevo Mercadona en la calle Estocolmo, algo que previsiblemente se aprobará mañana en el pleno del Ayuntamiento. Y se hará, paradójicamente, con los votos a favor de Ahora Madrid y la abstención del Partido Popular. PSOE y Ciudadanos ya han anunciado que votarán en contra. “Nos sentimos profundamente decepcionados y cabreados; Ahora Madrid va a votar contra sus supuestos principios, que en teoría pasan por defender el comercio de proximidad y oponerse a las grandes operaciones urbanísticas”, sostiene Juan Ramón Ibáñez, de la plataforma vecinal que se ha puesto en marcha para luchar contra la instalación de la gran superficie.

Según el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, las parcelas de la calle Estocolmo en las que Roig quiere levantar el nuevo supermercado, que se corresponden con los números 22 y 24, están reservadas para uso residencial, y en ellas estaba prevista la construcción de varias manzanas de chalets unifamiliares. En el punto 16 del pleno de mañana, el Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible propondrá, para su aprobación, un Plan Especial con objeto de autorizar el uso comercial.

La falta de “confianza” del vecindario en la empresa de Roig y en el Consistorio de Manuela Carmena es total. “Nos hemos sentido traicionados, sobretodo con el Ayuntamiento”, afirma Ibáñez, antes de continuar: “la concejala de San Blas se había comprometido a mantenernos informados sobre el avance del proyecto pero no nos han informado de nada. Solo ayer nos convocó, cuando todo estaba ya cerrado”. Además, el “concejal de Urbanismo ha faltado a la verdad cuando aseguraba que la asociación vecinal del ámbito apoyaba la iniciativa cuando ni siquiera la conocía”, sostiene. Ahora que la conoce, no solo la AV Las Musas-Las Rosas de San Blas sino también la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) apoyan sin fisuras a los vecinos de la calle Estocolmo, que ya han recogido 400 firmas de apoyo entre los habitantes de la zona.

Pero, ¿por qué el vecindario no quiere un nuevo supermercado en esa ubicación? Las razones son numerosas, pero la más importante tiene que ver con cuestiones de movilidad. La calle Estocolmo es de un solo carril, “por lo que no podría absorber la cantidad de tráfico que el centro [comercial] generaría”, y que daría lugar a otros problemas como más “contaminación ambiental y acústica y falta de aparcamiento” para las personas residentes. Además, “destruiría al pequeño comercio que se encuentra en varias manzanas alrededor”, puede leerse en el sitio web de la plataforma vecinal www.contramercadonacalleestocolmo.es

“A 700 metros tenemos un Supersol y a 800 metros un Mercadona que se encuentra también en una calle de un solo carril, la calle Butrón, y a diario se puede ver el colapso circulatorio y las enormes molestias que su actividad provoca en los vecinos”, indica Juan Ramón Ibáñez. “Nos sentimos estafados porque nosotros compramos nuestras viviendas con un plan de ordenación para el barrio muy interesante, que reservaba cuatro arterias de cuatro y tres carriles a la actividad comercial y otras calles como Estocolmo, de uno o dos carriles, a uso residencial, para viviendas unifamiliares, y ahora nos van a meter una mole de hormigón con gran actividad comercial”, remacha Ibáñez.

Como alternativa, los vecinos de Estocolmo proponen que el centro comercial, de construirse, se levante en una parcela abandonada que se encuentra a tan solo 200 metros, junto a la boca de Metro Estadio Olímpico. Al temor a la construcción del nuevo supermercado se unen el plan de traslado del Club Atlético de Madrid a La Peineta y la creación de uno de los aparcamientos disuasorios periféricos de la capital, dos iniciativas que, si no se diseñan adecuadamente, corren el riesgo de colapsar completamente la zona.

Aunque todo parece indicar que el pleno del Ayuntamiento aprobará mañana el cambio de uso de las parcelas de la discordia, los vecinos no piensan tirar la toalla: “es todo cuestión de voluntad política, voluntad política que hoy por hoy Ahora Madrid no tiene. Han creado un problema donde no lo había, pero si piensan que nos vamos a quedar de brazos cruzados están muy equivocados”, alerta Ibáñez.

Mañana a las 9:00 un grupo de vecinos de la calle Estocolmo recibirá a los concejales a la entrada del Palacio de la Cibeles para instarles a votar en contra del Plan Especial.

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