Un estudio realizado por Vicente Pérez Quintana en 2007 identificó las áreas especialmente desfavorecidas en la ciudad de Madrid atendiendo a variables de carácter socioeconómico, las características de las viviendas (superficie per cápita, estado de conservación…), el envejecimiento de la pirámide de edades y la percepción por los residentes de la delincuencia como un problema importante del entorno inmediato.
Dos años después y, a iniciativa de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), la organización vecinal y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un convenio de colaboración para destinar partidas presupuestarias extraordinarias en 16 de estos ámbitos: Caño Roto, en Latina; Pan Bendito y Alto de San Isidro, en Carabanchel; San Andrés, San Cristóbal de los Ángeles y Villaverde Bajo, en Villaverde; “Triángulo del Agua”, el Pozo-Entrevías y Fontarrón, en Puente de Vallecas; La Elipa, en Ciudad Lineal; plaza de Soledad Torres Acosta y Lavapiés, en Centro; poblados A y B, en Fuencarral; y Orcasur, Meseta de Orcasitas y San Fermín, en Usera. Juntos suman una población de más de 245.000 habitantes.
En un acto celebrado esta mañana en el Casino de la Reina de Madrid el Ayuntamiento de Madrid y la FRAVM, en representación de las asociaciones de los 16 ámbitos, hicieron pública la evaluación de la ejecución de los 16 planes de barrio, una iniciativa que, como los Planes Especiales de Inversión, están destinados a avanzar en el reequilibrio territorial y social de la ciudad.
Tras cuatro años de concienzudo trabajo, el balance es satisfactorio. Se han llevado a cabo 200 proyectos (69 en materia de convivencia e integración; 33 de prevención e intervención; 14 destinados a mayores; 10 en materia de igualdad; 29 educativos; 7 medioambientales; 38 relacionados con la conciliación de la vida familiar y laboral), a los que hay que sumar los planes de empleo puestos en marcha en Comillas (Carabanchel), San Blas-Simancas, Cuatro Caminos-Tetuan y Almenara.
El grado de satisfación de la ejecución de los proyectos consensuados es alto. No obstante, como señaló Murgui, “es evidente que los planes de barrio no son la solución ante los problemas a los que nos enfrentamos”, unos problemas que sufren con más intensidad en los barrios más desfavorecidos porque “no es cierto que la crisis nos golpea a todos y a todas por igual”. Sin embargo, como apuntó en la presentación de los 16 planes “contienen medidas y oportunidades concretas que no podemos ni debemos dejar escapar”.
En la parte del “debe”, Murgui no olvidó a las asociaciones que se han quedado sin planes para el futuro, como como Villaverde, Caño Roto (Latina), La Elipa (Ciudad Lineal), Pza. Soledad Torres Acosta (Centro) ni las dificultades a las que tienen que hacer frente las asociaciones a la hora de tramitar los proyectos dadas las crecientes barreras burocráticas que las administraciones imponen y que en asociaciones de carácter voluntario se presentan “casi como insuperables”.
