El pasado 14 de octubre, un trozo de la bovedilla del corredor de acceso a la biblioteca y a seis aulas del centro cultural Fernando de los Ríos, situado en el barrio de Aluche, se desprendió y cayó al suelo. Apenas diez días después, los técnicos ordenaron clausurar toda el ala, reubicando a los alumnos de los talleres afectados en otros centros culturaldes del distrito.
Dos meses después, el 18 de diciembre, decretaron el cierre total del segundo centro cultural más grande de la capital, suspendiendo todas las actividades. 3.000 personas esperan desde entonces la reanudación de sus talleres.
El 5 de febrero, el departamento de servicios técnicos de la Junta Muncipal de Latina llevó a cabo una inspección del edificio. En el informe emitido apuntan que “probablemente se esté produciendo un proceso de dilatación potencial de las piezas cerámicas de entrevigado, agravado por falta de suficiente apoyo con las viguetas de hormigón y por el hecho de haber anclado a estas piezas cerámicas las placas de falso techo, así como instalaciones de electricidad y aire acondicionado”. Las obras de reparación de los referidos desperfectos debería llevarse a cabo, por tanto, “a la mayor brevedad posible” para evitar así “probables nuevos desprendimientos”.
El concejal del distrito, José Manuel Berzal, sin embargo, reconoce que carece del presupuesto y de las competencias necesarias para ordenar las necesarias obras. Nadie, en definitiva, ha hecho nada para restabler la actividad de un centro en el que, sin embargo, sí se está llevando a cabo el “mantenimiento de las instalaciones y de los elementos constructivos”, con el consiguiente gasto.
La AV Aluche subraya que el centro es “el punto de referencia cultural del barrio” ya que su construcción, a principios de los años ochenta, “se consiguió gracias a una denuncia de la asociación de vecinos, que detectó un exceso de edificabilidad en una colonia que se estaba construyendo”. A cambio de no derribar las viviendas ilegales, arrancaron al Ayuntamiento y a la constructora un acuerdo “para conseguir la cesión del solar y una compensación de ocho millones de pesetas para la construcción del centro”.
Porque fue un logro colectivo, insisten, “están dispuestos a defenderlo”. El pasado 12 de febrero, más de un centenar de vecinos salieron a la calle para exigir la reapertura del centro. Y lo volvieron a hacer el 26 de febrero. Ese mismo día, el Ayuntamiento de la capital anunciaba que la próxima Junta de Gobierno de Madrid aprobará las obras para reparar las deficiencias encontradas en el centro cultural’. En todo caso, advierte la entidad vecinal, los vecinos desconfían del Ayuntamiento ‘ya que en cuatro meses no ha movido un dedo para arreglar el centro’, por lo que seguirán movilizándose y recogiendo firmas ‘hasta que el centro y la biblioteca se reabran’.