Durante la caminata, los organizadores recordaron que en junio del año pasado venció el contrato de gestión de la incineradora. Desde entonces, el Ayuntamiento de Madrid, utilizando la fórmula de convalidación de gasto, prolonga el acuerdo que mantenía con Urbaser para tal fin, una situación poco comprensible para los colectivos vecinales y ecologistas, que llevan casi tres años solicitando que el nuevo contrato se realice teniendo en cuenta el plan de cierre definitivo de la instalación, que el anterior equipo de Gobierno se comprometió a ejecutar en 2025.
Las tres entidades promotoras, que conforman la Mesa de Trabajo por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, también denunciaron que desde 2018 el Ayuntamiento no publica las memorias de la incineradora, lo que impide conocer el volumen de residuos quemados, la forma en que se han tratado, así como su coste.
Además, volvieron a subrayar que la incineración de basura es el sistema menos eficiente, más caro y que menos empleo genera en la gestión de residuos urbanos, por lo que el cierre de la planta de Las Lomas es una necesidad urgente, que jamás debería prolongarse más allá de 2025. Y antes, debería activarse un plan de reducción progresiva de la basura quemada. Entre las emisiones de esta instalación se encuentran dioxinas y furanos, contaminantes ambientales que pertenecen a la llamada “docena sucia”, un grupo de productos químicos muy peligrosos para la salud y el medio ambiente.