La ampliación de la línea 11 de Metro amenaza con destruir la totalidad del parque de Comillas

Indignación en Comillas (Carabanchel) ante el plan del Gobierno regional de abrir en el único parque del barrio el pozo de ataque de la tuneladora que ejecutará la ampliación de la línea 11 de Metro, algo que el proyecto original situaba en Conde de Casal. No en vano, la apertura del pozo supondrá, en la práctica, la desaparición de la zona verde y el trasiego, durante un año, de un camión cada 10 minutos por sus estrechas calles.

La ampliación de la línea 11 de Metro amenaza con destruir la totalidad del parque de Comillas
Manifestación contra las talas de árboles de la ampliación de la línea 11 de Metro

Resulta paradójico que el único pulmón verde del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, esté amenazado de muerte como consecuencia de la ejecución de una vieja demanda vecinal, la llegada del Metro gracias a la ampliación de la línea 11. Pero sus vecinos y vecinas no van a permitir que esto suceda, que desaparezca su querido Parque de Comillas, que fue inaugurado en 1979 después de una intensa movilización ciudadana, y tampoco a renunciar a su añeja aspiración de conexión del barrio con el resto de la ciudad a través del suburbano.

Por eso, con el lema “Metro así pero no así” llevan varios meses peleando junto a las gentes de Arganzuela contra las talas de árboles que contempla el actual proyecto de ampliación de la línea de Metro. Nadie en el barrio comprende por qué el Gobierno regional ha modificado el proyecto original, reemplazándolo por otro mucho más lesivo para el medio ambiente urbano y la vecindad. Nadie entiende por qué se empeña en construir la estación de Madrid Río en el interior del parque de Arganzuela cuando estaba prevista en el Paseo de Yeserías ni en abrir el pozo de ataque de la gigantesca tuneladora de las obras en pleno parque de Comillas en vez de en Conde de Casal, como planteaba la propuesta originaria.

Pero ¿qué significa abrir el pozo de ataque de la tuneladora en el parque?

Una actuación de esta envergadura requiere emplear una superficie de unos 50.000 m², de tal forma que sería necesario ocupar la práctica totalidad del Parque de Comillas, en concreto, 25.270 m² de los 35.337 m² que tiene el espacio verde, para las obras que den servicio a la tuneladora. 273 árboles se verían afectados y apenas medio centenar quedarán en pie después de los trabajos. La masa vegetal quedará completamente destrozada. Por otro lado, la Asociación Vecinal Parque de Comillas, vehículo de la indignación y protesta vecinal, ha calculado que la Comunidad de Madrid deberá extraer 541.000 metros cúbicos de tierra, que sacará por el parque gracias al empleo, durante un año y 16 horas al día, de 36.000 camiones de entrada y otros tantos de salida, es decir, al trasiego de ¡un camión cada 10 minutos! Cada anillo del recubrimiento del túnel supone un trailer, 4.000 en total, además de 1.500 hormigoneras.

Este intenso tráfico generará graves afecciones en el entorno, una zona densamente poblada con predominio de población mayor, que será sometida durante meses a ruidos constantes, contaminación atmosférica e inseguridad vial. Más allá de los pisos de viviendas que rodean el parque, en una de sus esquinas se encuentra el Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria Perú, cuya comunidad escolar deberá convivir con estas molestias todo el curso lectivo.

La asociación vecinal, junto a la FRAVM y otros colectivos que forman parte del movimiento Yo defiendo este árbol, han presentado alegaciones al proyecto del Gobierno regional con el fin de volver a la propuesta original, que contemplaba la apertura del pozo de ataque de la tuneladora en Conde de Casal y su salida, a través de un pozo pequeño, en un fondo de saco que se encuentra a 250 metros de la Plaza Elíptica. Lamentablemente, la Comunidad de Madrid ha hecho caso omiso de las alegaciones vecinales y la semana pasada aprobó el nuevo Informe de Impacto Ambiental del proyecto, que contempla las talas y trasplantes de 879 árboles, un 755% más que los del proyecto original.

El último pleno de la Junta de Distrito de Carabanchel, por su parte, rechazó con los votos de PP y Vox una proposición de la asociación vecinal de Comillas que buscaba instar al Ayuntamiento de Madrid una solicitud a la Comunidad de Madrid para que “modifique el proyecto de ejecución de la línea 11 de forma que el pozo de ataque no se sitúe en el parque de Comillas”.

A pesar de estos reveses, la entidad no piensa tirar la toalla y asegura que defenderá su querido parque con uñas y dientes, tanto en los juzgados y las instituciones como en la calle. Así, el próximo 2 de diciembre ha convocado junto a la AFA del Colegio Perú una manifestación que a las 12:00 saldrá desde la glorieta de Pirámides y finalizará en el Parque de Comillas. La protesta coincidirá con otras dos marchas contra talas de árboles del Ayuntamiento y por una ciudad sostenible y habitable que, a la misma hora, se producirán en Retiro y la zona del Bernabéu (Chamartín). Las tres cuentan con el apoyo y coordinación de la FRAVM.

La asociación de Comillas recuerda que el caso se halla en el Parlamento Europeo y en el Banco Europeo de Inversiones, ya que la Comunidad de Madrid, responsable del plan de ampliación de la línea 11, solicitó un crédito a esta entidad para ejecutar el primer proyecto de ampliación pero luego no ha comunicado los cambios realizados en su redacción, que suponen la creación de un proyecto completamente distinto.

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