La Asociación Vecinal El Organillo continúa su lucha contra la contaminación acústica y otros problemas que genera la saturación de locales de ocio y restauración en Chamberí, un problema que se ha agravado durante la pandemia de la Covid-19 por la invasión de las terrazas. Tras registrar, el pasado mes de octubre, una petición al Parlamento Europeo con el fin de que intervenga ante la inacción del Ayuntamiento de Madrid respecto a esta cuestión, la institución continental acaba de responder afirmativamente admitiéndola a trámite. En su escrito de admisión, la Comisión de Peticiones del Parlamento solicita información a la Comisión Europea sobre el conflicto vecinal, algo que deberá cursar en el plazo máximo de tres meses. A partir de ahora, El Organillo espera que, como es habitual, las instituciones europeas recopilen toda la documentación pertinente, tanto de la vecindad afectada como del Consistorio que dirige Martínez-Almeida, con el fin de obligar a este a que, de una vez por todas, actúe.
En su petición, la asociación vecinal reclama explícitamente que el Parlamento Europeo “lleve a cabo una investigación de las vulneraciones de derechos” que padecen los vecinos y vecinas expuestos durante años a las molestias provocadas por el ocio nocturno en Chamberí, dada su “importancia” no solo “para los ciudadanos de Madrid sino también para vecinos de otras ciudades europeas”. Investigación que servirá para que tanto el Parlamento como la Comisión Europea insten “al Ayuntamiento de Madrid a que tome de inmediato medidas efectivas para proteger a sus ciudadanos de los dañinos efectos de la elevada contaminación acústica que sufren (destacando su efecto sobre personas especialmente vulnerables, como niños, ancianos y enfermos) y ponga en marcha una política municipal plenamente alineada con el respeto de la directiva europea sobre evaluación y protección del ruido ambiental, la estrategia europea sobre ciudades sostenibles y la estrategia europea para la reducción del consumo de alcohol”. Además, la entidad vecinal solicita una revisión de la actual directiva europea sobre evaluación y protección del ruido ambiental 2002/49/CE, al entender que se ha quedado obsoleta, aunque el Consistorio ni siquiera es capaz de cumplirla.
El texto remitido por la entidad vecinal al Parlamento refleja que en algunas zonas de Chamberí, donde se concentran numerosos locales de ocio, “las mediciones oficiales llevadas a cabo por el Ayuntamiento en 2018 y 2019 (últimas mediciones del Ayuntamiento a las que los vecinos han podido tener acceso) recogían registros medios entre 60 y 65 dBA a las 00:00 horas en los puntos de medida en el distrito de Chamberí. Estos registros están muy por encima de los valores que la Organización Mundial de la Salud considera seguros para evitar problemas cardiovasculares (como aumentos de riesgo de hipertensión o de infarto de miocardio) o enfermedades psiquiátricas”, subraya el colectivo.
Desde entonces, el Ayuntamiento no solo no ha activado medidas para proteger el descanso de la vecindad, sino que ha deteriorado más aún la situación con el fomento descontrolado de las terrazas durante la pandemia, especialmente en zonas como la calle Ponzano, la plaza de Olavide o el barrio de Trafalgar. A la proliferación de terrazas y veladores se ha sumado “la eliminación de las restricciones horarias a los locales de ocio en la Comunidad Autónoma de Madrid que entró en vigor el 20 de septiembre de 2021, que permite la apertura de algunos locales hasta las 06:00 horas, y la posterior eliminación de las limitaciones de aforo”.
“Como resultado de unas mediciones recientes (llevadas a cabo mediante equipos y procedimientos homologados) se ha comprobado cómo durante el periodo nocturno se llegan a superar los valores límite exigidos por la Ordenanza Municipal para áreas residenciales de tipo II en hasta 39 dBA (es importante observar que, al tratarse de una escala logarítmica, superar en 10 dBA un valor límite significa que la intensidad del ruido es 10 veces mayor que la fijada por ese límite, lo que hace que estas medidas reflejen que la intensidad del ruido casi llega a ser 10000 veces mayor que la intensidad límite). La situación es tan grave que incluso se superan ampliamente los límites correspondientes a las áreas acústicas menos protegidas (áreas de tipo V) reservadas para áreas de uso industrial”, expone El Organillo en su escrito al Parlamento Europeo. Precisamente estas últimas mediciones sirvieron de base a la asociación para interponer, el pasado noviembre, un recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Madrid por su inacción ante un problema tan importante.
Tal y como conoce ahora el Parlamento Europeo, a pesar de “las abundantes denuncias por parte de los vecinos, se ha producido una absoluta inacción por parte de la Policía Municipal. No solamente se observa una saturación de las centralitas telefónicas durante el horario nocturno y una supuesta insuficiencia de medios para desplazar patrullas a fin de asegurar el cumplimiento de los horarios por parte de los establecimientos hosteleros. Incluso cuando una patrulla observa que los locales incumplen los horarios o generan una contaminación acústica muy por encima de los niveles legales, estas patrullas pasan de largo, como se observa en los videos” que la entidad ha enviado a la institución europea.
Ante una situación que se repite semana tras semana y dada la nula respuesta del Gobierno local por mejorar la vida de la población residente de Chamberí, la Asociación Vecinal El Organillo recurre ahora a las autoridades europeas con la esperanza de que hagan entrar en razón a unas autoridades que parecen entregadas por completo a los intereses del sector de la hostelería y del ocio.