A tenor de las transformaciones climáticas, ecológicas y sociales de nuestros días es muy probable que la de Ucrania o la Covid19 no sean las únicas grandes crisis que debamos sortear en esta década. Por eso resulta esencial dotarnos de herramientas para hacerlas frente. En este marco, ayer por la tarde se presentó en el Ateneo La Maliciosa de Madrid Solidaridades de proximidad. Ayuda mutua y cuidados ante la Covid19, una investigación realizada por el Grupo Cooperativo Tangente, con la colaboración de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso.
El objetivo del estudio es poner en valor y aprovechar los aprendizajes de la experiencia protagonizada por las redes de ayuda mutua surgidas durante la pandemia. Un ejercicio de memoria y balance de lo acontecido, donde se extraen pautas y patrones organizativos de éxito, se identifican prototipos replicables, se reconocen obstáculos, y se analizan las claves que permiten aumentar la resiliencia social ante las catástrofes. Una forma de anticiparnos e inspirar alternativas ante un futuro donde las situaciones excepcionales derivadas de la crisis ecosocial van a volverse recurrentes.
Las conclusiones de la investigación revelan cómo, ante la catástrofe, aparecen el altruismo y la empatía, se dan inesperados liderazgos anónimos y se reinventan sofisticados mecanismos de ayuda mutua. Como sabemos, la acción solidaria ante la Covid19 se materializó en múltiples formas: despensas de alimentos, ayuda a personas mayores, coordinación y derivación a servicios sociales, apoyo en trámites administrativos, canalización de donaciones de empresas, donación y préstamos de dispositivos tecnológicos, fabricación de mascarillas y EPIs, grupos de apoyo emocional o acompañamiento escolar, entre otros. En las más de cien experiencias analizadas, las mujeres tuvieron una participación protagónica y el papel de la juventud resultó esencial. Casi el 90% de las redes funcionaron únicamente con fondos propios, gracias a donaciones de particulares y sin apoyo público, lo que no impidió que desplegaran una actividad de gigante. En mayo de 2020, cuando vivían su momento álgido, 76 iniciativas vecinales de la Comunidad de Madrid ayudaban con alimentos a unas 15.000 familias y 52.000 personas (46.000 de ellas en la capital), según datos de la FRAVM.
Para desarrollar una acción de solidaridad eficaz, el estudio muestra la importancia de la coordinación y cooperación de las redes entre sí, con otras entidades y, sobre todo, con las administraciones públicas, con las que muchas veces la relación durante la pandemia fue difícil. Únicamente el 8,2% de las experiencias del estudio reconoce no haber tenido relación con otras redes o iniciativas durante la pandemia.
Los confinamientos de la Covid redescubrieron la importancia del barrio y su esfera destacó como espacio preferente para articular respuestas ciudadanas. En muchas de ellas, además, el comercio local tuvo un papel muy significativo. Así, en torno a un 68% de las redes vecinales han colaborado con este tipo de comercio como espacio de información y divulgación de iniciativas solidarias y más de un 60% han recibido de negocios de proximidad donaciones de alimentos y otros productos.
El estudio se ha elaborado con la participación de más de cien iniciativas de nueve comunidades autónomas (Cataluña, Andalucía, Castilla y León, Aragón, País Vasco, La Rioja, Galicia, Valencia y Comunidad de Madrid), con un peso más grande de representación de iniciativas madrileñas gracias a la colaboración de la FRAVM. Las características de las organizaciones participantes es que fueran organizaciones sin forma jurídica (como colectivos, redes, plataformas) o con forma jurídica sin ánimo de lucro, y que estuvieran promovidas y/o gestionadas de forma colectiva. Llama la atención que un 76% de estas experiencias continuaba activa durante 2021, lo que indica una gran necesidad social que sigue desatendida.
En el acto de presentación de “Solidaridades de proximidad. Ayuda mutua y cuidados ante la Covid19” de ayer participó el equipo de investigación de Tangente, el presidente de la FRAVM, Quique Villalobos; y Nana Ziani, de la Fundación Daniel y Nina Carasso. Además, contó con la intervención de miembros de algunas de las iniciativas ciudadanas que recoge la investigación, como la Mesa contra la exclusión y por los derechos sociales de Tetuán, la Red de Cuidados de Moratalaz y la Red de Cuidados de Villaverde Bajo, que relataron sus experiencias de ayuda solidaria.
En este enlace puedes descargarte el estudio Solidaridades de proximidad. Ayuda mutua y cuidados ante la Covid19.
Y si te perdiste la presentación del informe en La Maliciosa, puedes verlo en el siguiente enlace de Youtube