Es el cuarto acto de protesta en los últimos tres meses, lo que muestra la determinación de la vecindad de Aluche para evitar la inauguración del que sería el tercer local de estas características en la citada calle. “Vencimos en Quero. Venceremos en Ocaña” reza el cartel de la convocatoria.
El gigante de las apuestas y los juegos de azar Sportium se ha topado con una suerte de aldea gala en Aluche. Hace unos meses tuvo que desistir de abrir un local de apuestas en la calle Quero, muy cerca de un colegio y del Parque de Aluche, después de que los vecinos y vecinas protagonizaran cinco concentraciones de protesta. Ahora pretende inaugurar un nuevo negocio en el número 63 de la calle Ocaña, pero es evidente que no lo va a tener fácil.
El barrio de Aluche, en el distrito capitalino de Latina, tiene hoy fama internacional por sus colas del hambre derivadas de la Covid-19, pero también por la extraordinaria ola de solidaridad desplegada por sus habitantes para hacer frente a la actual crisis económica. No en vano, la despensa de alimentos de la Asociación Vecinal de Aluche sigue siendo, a día de hoy, la red vecinal de apoyo mutuo de la capital que más familias atiende cada semana. Gracias a ella, más de 700 hogares reciben cada siete días ayuda alimentaria y de productos de primera necesidad.
Por eso, lo que Aluche, y por extensión, su distrito, necesitan, son proyectos que generen riqueza y empleo y no negocios que provoquen más miseria y pobreza, tal es el caso de los locales de juego y las casas de apuestas. Conscientes del peligro que suponen estos últimos en la población, especialmente en la juventud y en las familias con menos recursos, los colectivos vecinales de Latina llevan meses muy movilizados para impedir la apertura de nuevos negocios de apuestas.
Según un informe de la FRAVM de hace poco más de un año (puedes verlo en https://stopcasasdeapuestas.com), el barrio de Aluche ocupa la quinta posición en cuanto a número de estos establecimientos de la ciudad, y su distrito, Latina, con 27 locales, el sexto lugar. No necesita más, y menos en el momento actual, en plena crisis económica derivada de los estragos del coronavirus.