Desde que en septiembre del pasado año se identificaran desperfectos en los pilares de la piscina de Huerta Vieja de Majadahonda, la vecindad ha luchado porque su ayuntamiento los solucionara y no dejar a los 1.200 vecinos y vecinas sin piscina, y a muchos profesionales sin su puesto de trabajo.
La Asociación Vecinal de Majadahonda lamenta que la vecindad no ha sido escuchada y ni siquiera se le ha permitido exponer sus argumentos ante el pleno municipal.
El alcalde ha silenciado a la ciudadanía del pueblo que lucha contra la decisión de derribar el complejo deportivo de Huerta Vieja. Y todo, a pesar de que dos informes elaborados por técnicos municipales y una empresa externa sostienen que los problemas detectados en los pilares de la piscina son debidos a la oxidación y corrosión del acero por culpa de un mal mantenimiento. Una deficiencia podría solucionarse en apenas dos meses.
La respuesta de toda la sociedad civil majariega ha sido unánime, y, desde que se detectaron los desperfectos, no han cesado las manifestaciones y las acciones para parar el derribo.
La Asociación Vecinal de Majadahonda, logró reunir en torno a la Asociación de Afectados por el Cierre de la Piscina de Huerta Vieja a 8 asociaciones y 7 partidos que han organizado diversas iniciativas como una recogida de firmas con la petición “Sr. alcalde: no «regale» nuestro Polideportivo, pertenece a todos los vecinos y queremos seguir disfrutándolo”. La última acción ha sido presentar una queja al Defensor del Pueblo en la que solicitan su intervención para impedir la demolición y ahora valoran la opción de personarse ante el fiscal anticorrupción.
La vecindad de Majadahonda no se da por vencida y recuerda la fuerza de las protestas vecinales que en otras otras causas fueron exitosas. Así ocurrió con las 3.000 firmas que en 2011 lograron la retirada de la construcción de una clínica de 17.000 metros cuadrados en el Monte del Pilar.