Junto a ellos, varios responsables de las asociaciones vecinales, las asambleas del 15M y los partidos políticos de izquierda del distrito, consignaron las 10.000 firmas que llevan recogidas hasta la fecha por el mismo motivo. Además, aprovecharon la ocasión para volver a demandar a Javier Fernández-Lasquetty una reunión con él o con alguno de los responsables de su departamento con objeto de buscar soluciones alternativas al cierre. Si la Consejería sigue dando largas a esta petición, la citada plataforma anuncia que emprenderá acciones más contundentes. Recordamos que el 18 de febrero varios centenares de personas se manifestaron desde el centro de especialidades de la calle Olesa de Montserrat hasta un edificio del IVIMA que, en el caso de cierre definitivo del ambulatorio, podría albergar su actividad. El local se encuentra situado en el número 22 de la calle Llano Castellano.
Tal y como anunció el pasado 17 de enero la viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, a partir del 1 de marzo, de las 66 consultas semanales que atiende el ambulatorio de Fuencarral, 16 se trasladan al hospital de La Paz, 40 al CEP Peñagrande, cuatro a José Marvá, en Bravo Murillo, y 6 a Colmenar Sur. Las asociaciones vecinales aseguran que varias personas mayores ya han sido derivadas a Colmenar y a Tres Cantos, con el perjuicio que esto les genera.
La Consejería justifica el cierre en base a un informe de la Inspección Técnica de Edificios realizada en 2010 por el Ayuntamiento de Madrid en la que se detectan unos daños estructurales que obligarían a llevar a cabo unas obras de tal magnitud que, en palabras del Gobierno regional, resultan “inasumibles” en plena “crisis económica”. Los colectivos ciudadanos, por el contrario, insisten en que existen alternativas al cierre, como la rehabilitación del edificio. “Algunos informes hablan de que no costaría más de un millón de euros”, aseguran, “una cantidad más que asumible cuando el presupuesto de la Consejería de Sanidad para este año supera los 7.000 millones de euros”. Otra de las alternativas que barajan es el uso del citado espacio que el Instituto de la Vivienda de Madrid tiene en la calle Llano Castellano.