La iniciativa de los populares fue tumbada por los votos en contra de Ahora Madrid y PSOE y la abstención de Ciudadanos, pero provocó en el barrio una más que justificada indignación. Varias decenas de vecinos se presentaron en el pleno y mostraron su protesta con camisetas rojas y carteles alusivos a la corrupción en el PP. “PP=corruptos. Los locales son del barrio. López Viejo Gürtel”, se podía leer en alguno de ellos, en clara referencia al que fuera concejal del distrito de Usera primero y consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, después.
Y es que fue precisamente el hoy imputado López Viejo, que entonces se hacía llamar “el azote de Orcasitas” el político que suprimió unilateralmente los acuerdos de cogestión del Centro Cívico Meseta que la asociación vecinal mantenía con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Acuerdos que establecían la participación de las tres partes en aspectos como la elección de la dirección del centro o en la programación de actividades. Lo cierto es que si alguien tenía derecho a usar esos locales era precisamente la asociación vecinal, que hoy sigue organizando en ellos asambleas multitudinarias y actos de todo tipo, siempre de manera altruista, por y para el barrio.
En 1972 los socios y socias de la entidad levantaron con sus propias manos su primera sede, un local de 400m2 en el que se prestaban servicios básicos al vecindario. En 1986, al igual que sucedió con miles de vecinos que lograron pisos tras entregar su casa, la asociación se trasladó al actual centro cultural a cambio de ceder el espacio. “La planta primera del edificio entonces Centro Cívico, se cedió en contrapartida del justiprecio de expropiación, el cual no se cobró, que por derecho correspondía a la Asociación de Vecinos de Orcasitas por tener un local propio como sede”, aclara su presidente, Juan Cordero. La entidad acordó con el Ayuntamiento que la segunda planta se destinara a centro cultural cogestionado, quedando la primera para uso de las entidades ciudadanas de la zona, entre ellas la asociación vecinal. Esto quedó recogido en un documento de cesión de uso del espacio a la entidad por un periodo de 25 años, “renovables si no había renuncia expresa por alguna de las partes”.
El concejal López Viejo suprimió unilateralmente los acuerdos de cogestión del centro cultural, pero desde 2011, año en el que finalizaba la cesión, nadie ha renunciado al uso de los locales de la primera planta, que hoy disfrutan también la Asociación de Mujeres de Orcasitas, la Asociación del Síndrome Tóxico, la Asociación cultural Arrabel y el grupo de teatro L¨ Orcasitas. Los sucesores de López Viejo en la Junta Municipal de Usera trataron en diversas ocasiones de activar distintos resortes para expulsar de su local a la asociación vecinal, pero desistieron ante la presión ciudadana. La actual concejala presidenta del distrito, Rommy Arce, se encontró a su llegada al cargo un expediente iniciado en el anterior mandato con este objetivo. Ahora, tanto la concejala como la asociación vecinal desean que, cuanto antes, “se regularice de una vez por todas el uso de los locales, con un documento que deje claro nuestro derecho de uso”, en palabras de Juan Cordero.
La asociación vecinal de Orcasitas es una de las más grandes, representativas y con más historia de la región. En 2008 recibió la calificación de GOOD en el séptimo concurso de buenas prácticas de la ONU celebrado en Dubai por la práctica Activa Orcasitas: Pacto cívico promovida por la entidad. En su lucha por permanecer en un centro que ella misma consiguió gracias a su empeño, cuenta hoy con el apoyo de todo el tejido asociativo de Usera, de la FRAVM y de partidos como Podemos, IU, Ahora Madrid y PSOE. “No aterrizamos en el barrio y en sus espacios por casualidad, estamos por derecho y somos parte del mismo y de su historia y quien lo ponga en duda le contestaremos con la misma firmeza que lo hicimos en los momentos más oscuros de la historia del país”, advierte la asociación vecinal.