Las obras siguen sin estar finalizadas, provocando continuas molestias al alumnado, que convive con camiones, suciedad y diversas situaciones de peligro, derivadas de la presencia de maquinarias, montones de tierra y zanjas que impiden un acceso adecuado, así como que las clases se desarrollen en condiciones normales sin ruidos constantes. Los padres y madres no esperan que la situación mejore en un corto plazo ya que la construcción por fases que desarrolla la Comunidad de Madrid promete alargar las obras al menos dos años más. Derivado de este problema, la falta de espacio es cada vez más evidente. Las alumnas y alumnos no tienen sitio físico para caminar dentro de su instituto fuera de las aulas. En el recreo disponen de apenas un metro cuadrado por persona.
Para protestar por esta situación, madres y padres de alumnos recogerán mañana a las 14:30 a sus hijos ataviados con llamativos chalecos reflectantes.
Por otro lado, los denunciantes señalan que “durante estos años, las relaciones con la directora, Ruth Neches Olaso, se han demostrado problemáticas: hay dificultades de comunicación ya que se niega a recibir a los padres y madres de los alumnos; se viven conflictos constantes con el equipo del AMPA; hay un trato arrogante y desagradable hacia cualquier persona, padre, madre, alumno, alumna, que trata de obtener alguna solución a los problemas, desanimando a los chavales para que no reclamen inspecciones si consideran alguna irregularidad”. Critican que la directora en persona se haya recorrido unos dos km, en horario lectivo, para arrancar los carteles de una asamblea vecinal que se había convocado para el pasado 29 de septiembre, con el objetivo de abordar este tema.
En el escrito que se aprobó ese día se señala también que los errores de planificación en la gestión “llevan a situaciones esperpénticas, como intentar dejar sin plaza a alumnos repetidores sin ofrecer ninguna alternativa viable, obligando a los adolescentes a asumir responsabilidades que no les corresponden, o forzándoles a elegir otros itinerarios diferentes por la falta de plazas”.
Otro de las situaciones que señalan como muy preocupantes es la falta de comunicación respecto a los datos académicos del conjunto de alumnos, que hace imposible comparar y extrapolar el altísimo índice de fracaso escolar que padecemos. El equipo docente es incapaz de asumir ninguna autocrítica al respecto, más allá de cuestionar el nivel académico de los colegios del barrio. Por ejemplo, en la pasada convocatoria de junio a las pruebas de acceso a la universidad, tan sólo dos alumnos de 2° de bachillerato lograron presentarse ya que solamente ellos habían aprobado todas las asignaturas. Se sumaron tres más que reclamaron inspección externa a su examen. También es muy significativa la alarmante cifra de suspensos en 4° de ESO, donde el 90% de los alumnos ha suspendido al menos cuatro asignaturas.
Las inspecciones externas que desacreditan la actuación de algunos profesores o profesoras han tenido que ser exigidas por los propios padres de manera individual, porque la dirección, aun teniendo los datos de primera mano, no ha hecho nada al respecto. Ni siquiera ha permitido adscribirse a programas específicos de mejora de resultados.
El texto también señala que el equipo no docente del centro no es capaz de dar una sola información satisfactoria a los padres y madres, y la página web del centro es absolutamente ineficiente. Todo ello provoca una desinformación impropia de un centro educativo, generando desconocimiento de reglamentos internos; por ejemplo horarios en los que los menores salen sin ninguna autorización, además de que el alumnado tiene prohibidas o coartadas las actividades extraescolares, graduaciones, el intercambio de libros o cualquier actividad paralela al desarrollo normal de un instituto de cualquier barrio.
Además, aseguran que muchos de los profesores y profesoras que mayor compromiso por intentar sacar adelante el instituto, han abandonado el centro hartos de la situación que se vive en su interior. Lo mismo está ocurriendo con muchos padres y madres que están llevando a sus hijos e hijas a otros centros donde existe una convivencia adecuada. O abandonando los estudios antes de tiempo por tener una experiencia tan desmotivadora en su propio instituto.
Por su parte, los responsables de la Consejería de Educación no reciben, y ni siquiera contestan, a las demandas de los padres y vecinos. Sucedía antes cuando la directora de la DAT era Belén Aldea, y se produce también ahora, desde que asumió el cargo Coral Báez.
Por todo lo anterior, las madres y padres decidieron en la citada asamblea solicitar a la Consejería de Educación la finalización del instituto en una única y última fase, así como la destitución de la polémica directora.
Además de la acción de los chalecos de mañana, también acordaron iniciar una recogida de firmas que se entregarán a la Comunidad de Madrid y que ya lleva 2.000 adhesiones. Por ende, remitirán escritos a la presidenta de la Comunidad de Madrid, al consejero de Educación y a la directora de la DAT Centro solicitando de manera urgente una reunión para tratar todos estos temas. Y en caso de que, como viene sucediendo desde el pasado mes de junio, no se obtenga contestación y compromiso de reunión antes de diez días, convocarán una concentración el miércoles 18 de octubre a las 18 horas en la puerta de la Consejería de Educación.
Todas estas decisiones cuentan con el apoyo del AMPA del IES Juan Ramón Jiménez; la delegación de la FAPA Giner de los Ríos de Villaverde y las Asociaciones de Vecinos de Butarque y de Villaverde Este.