La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid quiere poner de manifiesto su rechazo a la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) anunciado por el equipo de Gobierno municipal y pedir al alcalde que, al igual que hiciera en noviembre del pasado año con el recargo del IBI para las viviendas vacías, una medida que al contrario de ésta gozaba del respaldo de los vecinos, reconsidere su postura. La FRAVM recuerda al edil que esta medida no se corresponde con la transparencia, la corresponsabilidad y la equidad que comprometía para el modelo tributario en su programa electoral y le recuerda que hay vías de financiación para el Ayuntamiento más coherentes con esos propósitos, como solicitar al Gobierno central que incremente la participación de la capital en los Presupuestos Generales del Estado para ponerse a la altura de otras capitales europeas, o bien que haga uso de los cauces de participación previstos en el recién aprobado Reglamento de Participación Ciudadana a fin de hacer que decisiones de tamaña relevancia gocen del mayor consenso posible.
Eliminación de bonificaciones
¿Por qué se produce este incremento? En el año 2001 la administración procedió a revisar el valor catastral de las viviendas y es, precisamente, sobre esta cantidad sobre la que se aplica el IBI. Por eso, aunque la subida que correspondía al impuesto de bienes inmuebles era más que notable, el equipo de Gobierno de Álvarez del Manzano aplicó una bonificación a fin de aliviar el peso de la subida, basándose para ello en la Ley de Haciendas Locales. La supresión de esta bonificación por parte de la Concejalía de Hacienda del gabinete de Gallardón es, precisamente, la que ha provocado el incremento del IBI. Según sus previsiones, el impuesto subirá otro 10% más para el 2005 y sufrirá sucesivos incrementos aún hasta 2013, fecha en que se equipará el valor catastral al valor de mercado. La FRAVM, por el contrario, cree que hay otras medidas para financiar las arcas municipales sin necesidad de castigar a los madrileños con un bien básico como la vivienda, ya de por sí suficientemente “gravado” por las leyes del mercado y el casi completo abandono de inversiones en vivienda pública.