La Campaña contra los Malos Humos, conformada por diversas organizaciones de consumidores, de salud pública, científicas, sindicatos, ecologistas, vecinales, altermundistas y de fomento de las energías renovables, solicitó hace dos semanas un encuentro con los tres ministerios afectados por el escándalo de Volkswagen. La reunión se planteaba para aclarar toda la información necesaria y solicitar una investigación exhaustiva sobre los responsables del fraude de Volkswagen, exigir medidas de compensación, así como investigar posibles casos de otras marcas incumplidoras, y en general conocer de primera mano la situación de los controles de emisiones de gases contaminantes de los vehículos testados en nuestro país.
Hasta ahora no ha habido respuesta. La plataforma considera inaceptable el silencio de las administraciones, que parecen más interesadas en plegarse a los intereses de la industria automovilística que en garantizar la protección de la ciudadanía. Mientras que en otros países de nuestro entorno se está investigando el fraude, el mutismo de nuestras autoridades es casi total.
La ilegalidad cometida por Volkswagen, que se va haciendo mayor a medida que se conocen nuevos datos de otras marcas del grupo y otros contaminantes afectados, ha permitido dejar al descubierto un escenario de falta de supervisión a la industria, y un sistema de homologación de vehículos en los países de la Unión Europea en el que la información y los controles brillan por su ausencia, y en el que no existe un mecanismo europeo de centralización de la información y supervisión de los Estados miembro, que actúan como una especie de reinos de taifas en lo que a homologación se refiere.
Por esta razón, la plataforma se ha dirigido nuevamente por escrito al Ministerio de Industria para recabar información sobre el número de homologaciones producidas en nuestro país, tipo de inspecciones realizadas sobre los servicios técnicos, qué porcentaje de financiación reciben estos servicios por parte de los fabricantes de coches en pago por las homologaciones, qué controles se han realizado para garantizar la conformidad en la producción, etc.
En este sentido, la Campaña contra los Malos Humos ve con buenos ojos la propuesta lanzada en Berlín el 5 de noviembre por la comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska, que apostó por establecer un sistema de vigilancia europeo sobre los controles de emisiones realizados para conceder las homologaciones de los vehículos, una capacidad de la que carece la Comisión Europea. Es evidente que hasta la fecha las autoridades nacionales de homologación no han sabido hacer su trabajo.