No es exagerado decir que prácticamente el único espacio público de encuentro y convivencia del Triángulo del Agua (Vallecas) es el campo azul, un solar vacío únicamente ocupado por los esqueletos de dos porterías sin red. Esta parcela refleja el abandono al que las administraciones públicas han sometido a este barrio construido en la década de los 80 para acoger a la población de los poblados chabolistas de las Barranquillas, la Rosilla y La Celsa, entre otros.
Gracias a las asociaciones vecinales y a otros colectivos, al Servicio de Dinamización Vecinal (SDV) y a las vecinas y vecinos del barrio, desde el pasado 6 de junio, el campo azul es otra cosa. Cerca de ciento cincuenta personas participaron en el acondicionamiento de un solar en el que, desde entonces, se han proyectado varias películas.
El viernes 6 de junio se llevó a cabo una jornada de trabajo para delimitar el espacio con materiales reciclados y una pequeña plantación. El vecindario habilitó las porterías y los jóvenes artistas decoraron un muro en el que pintaron una pantalla de cine. El trabajo desplegado permitió inaugurar el solar con un partido de fútbol y con una sesión de cine verano.
Gracias a esta actuación, el vecindario se ha reapropiado de un espacio público degradado y en desuso para volver a convertirlo en una zona de encuentro comunitario, siguiendo la estela de los huertos urbanos comunitarios y de otras iniciativas ciudadanas de autoconstrucción colectiva.