Nacho Murgui y Maria Dolores Navarro suscribieron, en nombre de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y del Ayuntamiento de Madrid, respectivamente, el protocolo de intenciones para desarrollar cinco nuevos Planes de Barrio en el periodo 2015-2018 en un acto celebrado en la Biblioteca Municipal Ana María Matute de Carabanchel. En virtud del acuerdo, en el citado cuatrienio se llevarán cabo centenares de actividades dirigidas a mitigar el desequilibrio social y territorial en Almendrales (Usera), San Isidro (Carabanchel), Ensanche de Vallecas, La Elipa (Ciudad Lineal) y Poblados A y B de Fuencarral.
Con éstos, en 2015 serán 29 los barrios en los que se desarrollen acciones en materia de empleo, convivencia, educación, inclusión social, perspectiva de género, familia, infancia, mayores, escena urbana, seguridad y movilidad con un presupuesto, en la anualidad en curso, de casi 6 millones de euros.
Los nuevos planes se unen a los ya existentes en Comillas y Alto de San Isidro (Carabanchel); Orcasur y San Fermín (Usera); Pozo-Entrevías, Fontarrón, Palomeras Bajas y Triángulo del Agua (Puente de Vallecas); San Cristóbal, Villaverde Alto y Bajo (Villaverde); Uva de Hortaleza (Hortaleza); El Ruedo y Polígonos A y C (Moratalaz); Virgen de Begoña (Fuencarral-El Pardo), Uva de Villa de Vallecas (Villa de Vallecas); Ambroz (Vicálvaro), Simancas y Gran San Blas (San Blas-Canillejas); Almenara y Bellas Vistas (Tetuán), San Pascual y San Juan Bautista (Ciudad Lineal), y Caño Roto (Latina).
Como en el resto de barrios, la evaluación del desarrollo de las referidas acciones se llevará a cabo en el marco de una comisión de seguimiento integrada por la Junta Municipal correspondiente, las asociaciones vecinales, la FRAVM y la Dirección General de Participación Ciudadana y Voluntariado.
En el transcurso del acto, el presidente de la FRAVM, Nacho Murgui, subrayó que los planes de barrio “no agotan las soluciones ni resuelven los gravísimos problemas de desequilibrio que persisten en Madrid desde hace más de treinta años” y que se reflejan, por ejemplo, en que “la diferencia de la esperanza de vida media entre los distritos de Salamanca y de Usera se mide por años”.
En palabras de Murgui, los planes de barrio son “un pasito corto”, pero una muestra de que “incluso en las situaciones políticas y económicas más difíciles se puede hacer algo”. El presidente de la federación vecinal quiso recordar que el origen de los planes de barrio se sitúa en el Plan Especial de Inversiones que la ciudadanía arrancó al Gobierno regional con las movilizaciones promovidas por el Movimiento por la Dignidad del Sur y subrayó que el movimiento vecinal continuará trabajando y luchando, “a veces con pasos cortos, otras veces con pasos largos” para avanzar en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, en especial de la más desfavorecida.