“Nuestro modelo educativo es la libertad de elección”, ha afirmado en alguna ocasión Lucía Figar, la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid. Miles de familias de la región, sin embargo, no pueden matricular a sus hijos en un centro educativo público como consecuencia de la indisumulada apuesta del Gobierno regional por la educación privada y concertada. Es el caso del PAU de Vallecas (40.000 habitantes), en el que hay tres institutos privados o concertados pero ninguno público. Tampoco hay institutos públicos en Legazpi (18.000 habitantes), Butarque (16.000), Las Tablas (35.000), ni en Montecarmelo (24.000), a pesar de que en estos dos últimos barrios el Ayuntamiento de Madrid firmó un compromiso de reservar las parcelas necesarias e instar a la Comunidad de Madrid para que los construyera en el periodo 2008-2012. La AV Majadahonda se suma a la movilización con su reclamación de un un IES para el barrio Valle de la Oliva, donde solo hay un centro concertado. En Parla (124.000 habitantes), por su parte, reclaman la edificación del octavo instituto.
La insuficiente dotación de centros educativos públicos satura los existentes. Es el caso de la Barajas (45.500 habitantes): el IES Alameda de Osuna está tan masificado que no garantiza una mínima calidad de enseñanza. Resulta urgente, por tanto, la construcción de un instituto en Barajas. En el vecino distrito de San Blas reclaman más plazas de secundaria para garantizar la continuidad de la escolarización de los alumnos de centros como el CEIP Ciudad Pegaso (San Blas).
El cambio de adscripción de institutos ha dado lugar a muchos contratiempos a las familias de los alumnos que, en adelante, deberán trasladarse lejos de sus domicilios. Es el caso de los alumnos del colegio Ramón Gómez de la Serna (San Cristóbal de los Ángeles, de Villaverde), de unos 40 alumnos del CEIP Los Almendros de Valdebernardo (Vicálvaro) y otros tantos del CEIP República de Brasil (Usera), que en vez de continuar sus estudios en el IES Ciudad de Jaén deberán hacerlo en el IES Juan de Villanueva, situado a 3 kilómetros de sus casas.
En otros centros, como el IES Ciudad de Jaén (Usera), a la masificación se suma una alarmante falta de medios económicos, materiales y humanos y una preocupante falta de seguridad y salubridad.
Tampoco en el barrio de Las Tablas (35.000 habitantes) hay un instituto público. Los chicos y chicas del nuevo desarrollo urbanístico que optan por la educación pública están obligados a matricularse en el IES Fraga Iribarne, ubicado en Sanchinarro. Hace unos días tuvieron noticia de una desagradable sorpresa: las obras de ampliación del instituto han sido paralizadas por causas imputables a la empresa adjudicataria. La matriculación en este instituto de los alumnos de los CEIP Gabriela Mistral, Josep Tarradellas y Leopoldo Calvo Sotelo que debían estudiar allí el próximo curso está, por tanto, en el aire.
“La comunidad educativa de estos barrios llevan meses movilizándose sin que la consejería les haya prestado la mínima atención. Es más, Lucía Figar no se ha reunido con las organizaciones sociales que trabajan en defensa de la educación pública desde que asumió el cargo, en junio de 2007. Hemos decidido convocar esta movilización para denunciar el desprecio de la Consejería por la educación pública y visibilizar las reivindicaciones vecinales”, apunta Almudena Jiménez, portavoz de Educación de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).
La falta de equipamientos públicos, la consecuente saturación de otros y la pésima gestión de la consejería afecta también a los colegios: la Comunidad de Madrid comprometió la construcción de un CEIP público en Rivas pero, misteriosamente, se ha transformado en un colegio concertado religioso. El CEIP Constitución de 1812 de Leganés, aunque lleva varios años funcionando, sigue aún a medio construir, sin capacidad para escolarizar la creciente demanda. La situación de este centro es, cuanto menos, curiosa: la sala de usos múltiples está habilitada como comedor, carece de pistas deportivas y de gimnasio, no hay patio acondicionado para los pequeños y las actividades extraescolares se desarrollan en espacios como el hall del edificio de Primaria). En Barajas los vecinos han asistido a la paralización de las obras de construcción del colegio Ensanche de Barajas. En Begoña (Fuencarral),por su parte,exigen la reapertura del CEIP Enrique Granados, que la Consejería clausuró en 2013. En Parla reclaman la construcción de, al menos, dos colegios más.
Reivindican, asimismo, la construcción de escuelas infantiles públicas en Montecarmelo, Villaverde Bajo, Majadahonda y Parla, municipio en el que la ratio es de ¡27 niños por aula infantil! y de bibliotecas en Montecarmelo y en el barrio del Pilar, ambos en Fuencarral. En el distrito, con más de 230.000 habitantes, solo hay dos bibliotecas. La dotación está casi cuatro veces por debajo de los estándares establecidos por la Federación Española de Municipios.
También Villaverde (142.000 habitantes) reclama otro equipamiento de estas características, ya que solo cuentan con la biblioteca María Moliner, con una sala con 167 puestos de estudio.
A iniciativa de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), todos estos barrios y municipios llevaron a cabo una movilización conjunta el domingo 1 de marzo. Dos bicicletadas que partieron, respectivamente, de Montecarmelo y de Villaverde, desembocaron en la Puerta del Sol, donde les esperaban centenares de personas allegadas de diferentes puntos de la región.