Es el caso de la clausura de los semáforos de la A-5 que tuvo lugar ayer, o de la moratoria de multas de Madrid Central que entrará en vigor el próximo 1 de julio. “Los semáforos no contaminan, contaminan los coches. Pacificar y regular el tráfico rodado mejora la seguridad vial atenuando el efecto barrera que provocan los ejes principales en nuestra ciudad”, sostiene la plataforma, antes de subrayar que “no es tolerable mantener la histórica anomalía urbana del Paseo de Extremadura/A5 y frenar su transformación como una calle más de Madrid”.
Esta conversión viaria es una vieja demanda de Campamento Sí y del movimiento vecinal, que siempre ha llamado la atención sobre los elevados índices de contaminación atmosférica y acústica que a diario soportan las decenas de miles de personas que habitan en el entorno de la autovía a su paso por el distrito de Latina.
En su nota, la plataforma se opone también a su soterramiento, una promesa electoral del actual alcalde de Madrid. “Los túneles suponen grandes costes de ejecución y mantenimiento y no solucionan los problemas de contaminación y movilidad. Los coches siguen contaminando al entrar, circular y al salir de los túneles y la presunta fluidez del tráfico rodado subterráneo es frenada en superficie por el efecto embudo de la trama urbana. ¿Dónde ponemos las entradas y las chimeneas?”, se pregunta la coordinadora vecinal.
Finalmente, Campamento Sí realiza un llamamiento a la población para que asista a la manifestación de este sábado en defensa de Madrid Central y reivindique “el derecho a la salud en un Madrid más sostenible”.
A continuación reproducimos el comunicado íntegro de la plataforma.
Madrid Central, la A5 y los semáforos
La Plataforma Campamento Sí, compuesta por 48 entidades ciudadanas del Suroeste de Madrid, ante la prometida reversión de políticas medioambientales y de movilidad por parte de la nueva Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, mostramos nuestro profundo desacuerdo con dichas actuaciones atendiendo a las siguientes consideraciones:
– La salud es lo primero. La contaminación ambiental en las grandes ciudades es un problema que incrementa las muertes prematuras, enfermedades crónicas y el gasto sanitario. El 70% de la contaminación del aire en Madrid es producida por el uso de vehículo privado, sin duda el modo de transporte menos eficiente en el ámbito urbano. Esta situación supone unos costes económicos y medioambientales insostenibles que impiden garantizar la salud y bienestar de la población y el cumplimiento de normativas europeas.
– La reducción de focos contaminantes es una necesidad que incide a corto plazo en la disminución de la contaminación acústica y del aire. Menos coches circulando a menor velocidad suponen una reducción efectiva de la contaminación. En el Área metropolitana de Madrid se producen una media de 2,5 millones de desplazamientos diarios con una absurda media de 1,3 personas por vehículo, lo cual desborda todos los límites en términos de movilidad urbana y ocupación del espacio público. A diario se congestionan las circunvalaciones y los 8 corredores de acceso a la capital que de manera incomprensible se prolongan desde los barrios periféricos hasta el centro urbano.
– El incremento de infraestructuras para el vehículo privado no soluciona a medio plazo los problemas de contaminación y movilidad. Más carriles, más túneles y más aparcamientos fomentan el uso y abuso del vehículo privado y así lo entienden la mayoría de ciudades europeas que apuestan por reducir el tráfico rodado en su trama urbana ya sea con Zonas de Bajas Emisiones con o sin peaje que obliga a todos los vehículos a llevar una pegatina ambiental en función de sus emisiones, directamente por la antigüedad del vehículo mediante control de las matriculas, prohibición de entrada a vehículos diesel anteriores a 2005 , cierres parciales o totales al tráfico rodado tanto en parte del anillo central como en amplias zonas limítrofes, etc.
– Los semáforos no contaminan, contaminan los coches. Pacificar y regular el tráfico rodado mejora la seguridad vial atenuando el efecto barrera que provocan los ejes principales en nuestra ciudad. Pensar que eliminar los semáforos de la Gran Vía o del Paseo de la Castellana reduce la contaminación es un absurdo por lo que no es tolerable mantener la histórica anomalía urbana del Paseo de Extremadura/A5 y frenar su transformación como una calle más de Madrid pues mientras los términos municipales se mantienen en el tiempo sus tramas urbanas se van modificando y expandiendo en función del crecimiento de su población.
– Los túneles suponen grandes costes de ejecución y mantenimiento y no solucionan los problemas de contaminación y movilidad. Los coches siguen contaminando al entrar, circular y al salir de los túneles y la presunta fluidez del tráfico rodado subterráneo es frenada en superficie por el efecto embudo de la trama urbana. ¿Dónde ponemos las entradas y las chimeneas? La deuda de Madrid Río sigue lastrando al municipio mientras que los túneles en la ciudad de Madrid se llevan el 80% del presupuesto de vías públicas cuando apenas suponen el 2% de la superficie a mantener, cuestión de importancia a tener en cuenta cuando a diario sufrimos el mal estado de sus calles y aceras.
– La movilidad urbana no se limita al vehículo privado y así lo entienden más del 70% de la población del Área Metropolitana de Madrid que para desplazarse por trabajo, estudios y ocio emplean el transporte público. Aquí tenemos una mayoría silenciosa, en gran parte con coche, que son relegados a sufrir los recortes y mala gestión del transporte público. Contando con una importante oferta de transporte público, y a pesar de los atascos, no es lógico que el 30 % de la población del Área Metropolitana de Madrid prosiga usando a diario el vehículo privado. El trasvase al transporte público necesita restringir el uso del coche en tanto en cuanto se mejora el transporte público y se reducen sus tarifas.
– Más del 75% del espacio público en las ciudades lo ocupa el vehículo privado en detrimento de los peatones y de otros modos de transporte. Un uso más racional del espacio público y de los modos de transporte permite mejoras en la salud y bienestar de la población sin limitar el número de desplazamientos diarios entendiendo como tales la capacidad de desplazar personas y no el número de coches que circulan por una vía.
Localizados los mayores focos contaminantes en el tráfico rodado, el derecho de circulación que recoge la libertad de movilidad por el territorio no tiene carácter absoluto pues las administraciones pueden limitarlos en el marco de sus competencias por razones públicas de orden, seguridad y salud.
Desde la Plataforma Campamento Sí entendemos que el derecho a la salud se debe priorizar sobre la libertad de circulación, limitándola cuando se estime que dicha libertad se ejerce ocasionando perjuicios a la salud de terceros, siendo las administraciones locales, quienes en primera instancia deben responsabilizarse de la salud y bienestar de sus habitantes dentro de sus competencias.
Por todo lo anteriormente expuesto, convocamos a la ciudadanía a participar, apoyar y difundir la manifestación del próximo sábado 29 de junio que partirá a las 19 horas desde Callao y finalizará en Cibeles frente al Ayuntamiento para reivindicar el derecho a la salud en un Madrid más sostenible.