Dicho y hecho, para alegría de los vecinos afectados. A última hora, todos los grupos políticos del Consistorio se han puesto de acuerdo para eliminar el polémico punto del pleno de hoy y posponer de esta manera la votación. Recordemos que hasta ayer la aprobación del Plan Especial de la calle Estocolmo era un hecho ya que Ahora Madrid había anunciado su voto a favor y el PP su abstención. PSOE y Ciudadanos tenían previsto votar en contra de la propuesta de la concejalía de Urbanismo.
Pero, ¿por qué el vecindario no quiere un nuevo supermercado en esa ubicación? Las razones son numerosas, pero la más importante tiene que ver con cuestiones de movilidad. La calle Estocolmo es de un solo carril, “por lo que no podría absorber la cantidad de tráfico que el centro [comercial] generaría”, y que daría lugar a otros problemas como más “contaminación ambiental y acústica y falta de aparcamiento” para las personas residentes. Además, “destruiría al pequeño comercio que se encuentra en varias manzanas alrededor”, puede leerse en el sitio web de la plataforma vecinal www.contramercadonacalleestocolmo.es
“A 700 metros tenemos un Supersol y a 800 metros un Mercadona que se encuentra también en una calle de un solo carril, la calle Butrón, y a diario se puede ver el colapso circulatorio y las enormes molestias que su actividad provoca en los vecinos”, indica Juan Ramón Ibáñez, de la plataforma de vecinos afectados. “Nos sentimos estafados porque nosotros compramos nuestras viviendas con un plan de ordenación para el barrio muy interesante, que reservaba cuatro arterias de cuatro y tres carriles a la actividad comercial y otras calles como Estocolmo, de uno o dos carriles, a uso residencial, para viviendas unifamiliares, y ahora nos van a meter una mole de hormigón con gran actividad comercial”, remacha Ibáñez.
Como alternativa, los vecinos de Estocolmo proponen que el centro comercial, de construirse, se levante en una parcela abandonada que se encuentra a tan solo 200 metros, junto a la boca de Metro Estadio Olímpico. Al temor a la construcción del nuevo supermercado se unen el plan de traslado del Club Atlético de Madrid a La Peineta y la creación de uno de los aparcamientos disuasorios periféricos de la capital, dos iniciativas que, si no se diseñan adecuadamente, corren el riesgo de colapsar completamente la zona.