ACIBU pide una moratoria en la autorización de licencias de nuevos bares en Malasaña

Quinientos. Es el número de bares que ha contabilizado y registrado en un mapa de su barrio la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (ACIBU). Esta saturación de locales de ocio contrasta con un alarmante déficit de equipamientos públicos. Hartos de sufrir el ruido, la contaminación y el creciente hurto de espacios públicos por parte de negocios privados, la asociación vecinal hizo esta mañana un llamamiento público a los candidatos que concurren a las elecciones municipales del 22-M para que adquieran el compromiso de ”congelar” el número de bares mediante la aprobación de una moratoria en la en la autorización de licencias de bares.

ACIBU pide una moratoria en la autorización de licencias de nuevos bares en Malasaña
ACIBU-pide-una-moratoria-en-la-autorizacion-de-licencias-de-nuevos-bares-en-Malasana-1.jpg

El barrio de Universidad tiene un único centro de salud para atender a casi 35.000 habitantes. La única biblioteca de la que podían disfrutar sus vecinas y vecinos lleva casi dos años cerrada por obras. No hay ningún polideportivo, ni piscinas públicas para soportar las altas temperaturas del verano madrileño y 700 familias se ven obligadas a buscar una escuela infantil alejada de sus domicilios. Los mayores de 65 años tampoco tienen suerte: en el barrio de Universidad sólo hay un centro de mayores para atender a más de 5.000 potenciales usuarios.Eso sí, hay más de 500 bares y “la cifra aumenta cada día”, advierte la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (ACIBU) que ha elaborado un exhaustivo mapa (ver fichero relacionado) en el que sitúa, uno a uno, los locales de ocio con los que se ven obligados a convivir.

“Somos un barrio, no un parque temático de ocio nocturno”, subraya la entidad. “No queremos más bares. 500 son más que suficientes. La gente que vive en este barrio necesita plazas, parques y jardines, servicios sociales de calidad, instalaciones deportivas públicas, bibliotecas, centros de mayores, guarderías…”.

Entre algunas de las consecuencias de la aglomeración de bares, señalan el hurto, por parte de negocios privados, del espacio público para instalar terrazas, la contaminación acústica y atmosférica. Y es que, aunque el mapa de ruido elaborado por el Ayuntamiento de la capital en 2006 califica el barrio de Universidad como “zona especialmente en riesgo”, “las charlas, los gritos, los corros de fumadores y de los participantes en el botellón convierten el descanso en una misión imposible”. Suma a ello la “insufrible” contaminación provocada por el tráfico de vehículos. “Lo que nos faltaba -advierte- es que instalen cientos de estufas contaminantes para que algunos bares sigan haciendo su negocio en el espacio público a costa de nuestra salud y de nuestro descanso”.

La responsabilidad de los referidos problemas corresponde, a juicio de la entidad vecinal, al Consistorio madrileño en tanto garante del bienestar general de la ciudadanía. A sus responsables ha solicitado la entidad vecinal un censo actualizado de los locales de hostelería que operan en el barrio “para conocer los horarios y las licencias municipales con las que cuenta cada uno, pero nunca se nos ha facilitado”. “No hay transparencia -denuncia ACIBU- y el descontrol es absoluto: muchos locales abren sin licencia, tienen terrazas ilegales, exceden los horarios… Esto sigue siendo un `guateque’ al que los vecinos y vecinas no hemos sido invitados”, remacha.

Es más, “muchos de los restaurantes, las tiendas de ropa de diseño e incluso los locales autodenominados `café-librería’ se están transformando de manera más o menos solapada en bares de copas que venden alcohol, ponen música y extienden sus horarios.El ejemplo más claro -señala- lo encontramos en los alrededores de la calle Ballesta, en los locales de Triball. A pesar del apoyo incondicional recibido por el Ayuntamiento, la crisis ha venido a poner en cuestión su modelo y la venta de alcohol ha aparecido, de nuevo, como la solución fácil”.

Por si todo lo referido fuese poco, “ahora van a privatizar el servicio, que pasará a funcionar según criterios que desconocemos pero que desde luego no consideran a los vecinos y vecinas. ¿Tendrá licencia todo el local que la solicite? ¿Dónde quedan nuestros derechos en este modelo de negocio?”, lamenta.

Por todo ello, ACIBU pide a los candidatos que concurren a las elecciones municipales y autonómicas del próximo 22-M un compromiso “firme” para “congelar” el número de locales de hostelería mediante la aprobación de una moratoria que permita garantizar los derechos y el descanso de los vecinos y vecinas.

ACIBU invita a sumarse a esta iniciativa a todos los barrios que se encuentran en similar situación para evitar que el centro de la capital se convierta en una “gran macrodiscoteca” porque, insiste, “esto no es ningún polígono. Aquí vive gente que da vida al barrio y va a exigir sus derechos”.

1 Comentario

  1. Lara

    Un aporte muy interesante. Gracias por la información. Reciba un cordial saludo.

    Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Archivo