En la alegación presentada, la A.V. Carabanchel Alto señalaba que, a “la emisión a la atmósfera de gases altamente contaminantes durante el proceso de combustión de cadáveres, el incumplimiento de la distancia mínima de separación a zonas habitadas de 2.000 metros establecido por el Reglamento de Actividades Molestas Insalubres Nocivas y Peligrosas, o la discriminación territorial que sufren los barrios periféricos respecto del centro de la ciudad en la que está prohibida la instalación de este tipo de actividades, se añade el cumplimiento del plazo de nueve meses para emitir la Declaración de Impacto Ambiental establecido por la Ley de Evaluación Ambiental de la Comunidad de Madrid, Ley 2/2002 de 19 de junio. Según esta norma “transcurrido este plazo sin que se haya dictado resolución expresa, se entenderá que la Declaración de Impacto Ambiental es negativa”, por lo que debe considerarse rechazado el Proyecto.
Por si estos argumentos no fueran suficientes, “ni la ubicación de los hornos crematorios ni la de las chimeneas de salida de humos respetan la distancia mínima de separación a viviendas de 500 metros que establece el Reglamento de Policía Sanitaria y Mortuoria”, añaden los representantes de la entidad vecinal. “El planeamiento urbanístico del Ensanche de Carabanchel no respetó en su día esa distancia de separación con respecto al cementerio en detrimento de la salud de sus residentes”. La asociación exige, por tanto, al Ayuntamiento que adopte medidas para restaurar la legalidad urbanística e implantar un medio ambiente digno para los habitantes de las zonas próximas al cementerio, en cumplimiento del mandato constitucional.
Los vecinos de la zona, que ya llevan recogidas más de 4.000 firmas contra el proyecto, celebrarán próximamente una asamblea en la que decidirán la fecha de presentación de las firmas y las movilizaciones a llevar a cabo en caso de que el proyecto no sea finalmente desestimado.