Se calcula que, entre 1978 y 1988, se perdieron cerca de 25.000 puestos de trabajo industrial en los distritos de Villaverde y Usera como consecuencia del traslado de varias fábricas a otros lugares. El incremento del paro provocó una crisis social caracterizada por las altas tasas de paro (sobre todo juvenil), un alto índice de fracaso escolar, inseguridad ciudadana…
Durante los años de 1996 y 1997, las asociaciones vecinales de ambos distritos unieron sus fuerzas y redactaron un documento titulado “Por la dignidad del Sur” en el que señalaban que “los distritos del sur son la otra cara de la moneda de una metrópoli postmoderna que con una fuerte crisis económica (…) y con una estructura social muy vulnerable y semi excluida”.
En el documento se efectúa un diagnostico de las necesidades más apremiantes de los distritos de Usera y Villaverde, consideran las consecuencias económicas y sociales de la reconversión industrial, la falta de inversiones en equipamientos públicos y cuantifican el coste de las inversiones públicas requeridas para equipararse al resto de la ciudad. Según sus estimaciones, la deuda histórica que tenía Madrid con estos dos distritos ascendía a 184.000 millones de pesetas. El 20 abril de 1997, diez días después de que más de 10.000 personas salieran a la calle para exigir el desmantelamiento de varios poblados chabolistas y exigir inversiones públicas en ambos distritos, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón se comprometía a invertir 18.000 millones de pesetas en seis años (1998- 2003), donde y en lo que las asociaciones determinaran.
Más de una década después de la conquista del Plan 18.000, el movimiento vecinal de Usera vuelve a la carga. A pesar de las inversiones realizadas, el distrito (138.135 habitantes) sigue presentando un índice de desempleo del 19,53% sobre una media de 18,66% en Madrid, un porcentaje que asciende hasta el 24,55% en Orcasur. El 52% de los desempleados no percibe ninguna prestación y el 38,41% de los mismos lo son de larga duración. El índice de fracaso escolar es, según las entidades convocantes, del 40%. El grado de formación de los vecinos mayores de 25 años sigue siendo bajo: el 23,39% no ha completado sus estudios; el 10,7% declara no tenerlos y el 1,40% no sabe ni leer ni escribir. La renta per cápita media de Usera era, en el año 2009 (últimos datos disponibles) de 17.907 euros al año, un 20% inferior a la media de la ciudad, situada en 22.279.
Al paro y a los sucesivos recortes sociales aplicados por las administraciones estatal, autonómica y local, se suma el abandono que, consideran sus vecinos, sufre específicamente su distrito. Muestra de ello son algunos incumplimientos políticos, como los que siguen:
El teatro de Almendrales, por ejemplo, duerme el sueño de los justos desde 1987. El plan de remodelación de la colonia de Almendrales contempló, a petición de sus vecinas y vecinos, la construcción de un centro cívico-cultural en el edificio que el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) tiene en la antigua plaza del Basalto. Las obras comenzaron en 1992. Apenas tres años después, se congelaron. El esqueleto del edificio aún permanece en pie, pero vacío. Allí se instaló, a principios de 2012, el centro social La Osera de Usera, promovido por jóvenes del barrio. La asamblea del centro acondicionó el espacio y desarrolló un ambicioso programa de actividades hasta que, a principios del mes de julio, fueron desalojados por orden del IVIMA. Desde entonces permanece vacío, a pesar de los incansables intentos, por parte de las asociaciones del distrito, de que, de una vez por todas, se construya el prometido teatro.
La biblioteca de San Fermín es otra de las históricas reivindicaciones que, hasta el momento, no ha sido satisfecha. Los 30.000 vecinos y vecinas de este barrio tienen que desplazarse hasta la calle Rafaela Ibarra (45 minutos en autobús) para estudiar o, siemplemente, pedir prestado un libro. La AV San Fermín recuerda que una biblioteca en el barrio es “un recurso imprescindible” no sólo para San Fermín, sino para los barrios de los distritos de Usera y Villaverde situados en el margen derecho del Manzanares, como El Espinillo y Oroquieta. Por eso y, en vista de la nula respuesta de las administraciones, la entidad puso en marcha una biblioteca vecinal en 1994 atendida de forma voluntaria por vecinos y vecinas del barrio. La “biblioteca vecinal” cuenta con más de 500 personas registradas y da servicio, entre otros, al alumnado de la Escuela Infantil San Fermín, del Colegio Público República de Brasil y de varios institutos cercanos. Por fin, la anhelada biblioteca fue incluida en el Plan Especial de Inversiones de Usera 2009-2013 que las asociaciones vecinales firmaron con el Ayuntamiento de la capital a través de la FRAVM. A seis meses de que expire, los vecinos siguen esperando y la parcela reservada a tal efecto (delimitada por las calles Estafeta, Popular Madrileña, Oteiza y la avenida de San Fermín) continúa vacía.
Orcasur es otro de los siete barrios de Usera que presenta una clara infradotación de equipamientos culturales. Prueba de ello es la biblioteca de Orcasur, de 200 metros cuadrados, en la que apenas caben los más de 30.000 libros del fondo bibliográfico y en la que la demanda no deja de crecer: entre 1997 y 2007 los préstamos crecieron un 1.100% y los usuarios un 2.000%. La falta de espacio es tan acuciante que los empleados del centro han llegado a almacenar libros en los baños reservados para el personal laboral. Por fin y tras años de reivindicaciones, el Plan Especial de Inversiones de Usera (2006-2008) contempló la ampliación de la biblioteca existente. El plazo de finalización del PEI concluyó y el Ayuntamiento se vió obligado a prorrogarlo (2009-2013). A punto de expirar el nuevo plazo, la ampliación sigue pendiente.
A los incumplimientos se suma el de la Caja Mágica, una de las joyas de la corona de la candidatura olímpica que, hasta el momento, solo ha comportado nefastas consecuencias en los momentos de máxima afluencia de público en lo que a movilidad se refiere en la zona de San Fermín. Las vecinas y vecinos exigen, ahora que, tal y como aprobó la Junta Municipal de Usera en pleno el 10 de noviembre de 2010, la Caja Mágica se abra al deporte popular en las condiciones del resto de las instalaciones deportivas municipales de Madrid.
Por otro lado, la empresa Madrid Trophy Production, organizadora del Master Tenis y adjudicataria de la gestión de la Caja Mágica después de que la Federación Madrileña de Tenis abandonara las instalaciones, asumió, según publicaba El Mundo el 12 de diciembre de 2012, dos reivindicaciones vecinales: la contratación de vecinos de la zona para trabajar en las instalaciones deportivas, de acuerdo al convenio suscrito entre el Ayuntamiento de la capital y la Agencia para el Empleo y la aplicación de unos precios asequibles, “incluso por debajo del mercado” de las tarifas, así como el establecimiento de “tramos horarios para facilitar el acceso de los vecinos del barrio en las horas de baja ocupación”. Nada de eso se ha cumplido. Entre tanto, en las puertas mismas de la Caja Mágica, las 80 niñas y niños que participan en la Escuela de Baloncesto de San Fermín, puesta en marcha por la entidad en colaboración con el Ayuntamiento en el marco de los Planes de Barrio, se ven obligados a entrenar en una cancha descubierta sin iluminación, vesturarios ni servicios donde no pueden jugar si llueve. Si quisieran usar las deslumbrantes instalaciones de la Caja deberían pagar unas cuotas que la mayoría de las familias no se pueden permitir.
La lista de reivindicaciones en materia deportiva podría continuar con la instalación de césped en el campo de fútbol de Meseta de Orcasitas, las constantes trabas que dificultan la gestión asociativa de algunos equipamientos como el campo de Zofío…
El tejido comercial del distrito muestra un claro perfil de la decadencia y el abandono en que han caído diferentes partes del distrito. El mercado de Orcasur es un claro ejemplo: de los aproximadamente 90 puestos disponibles, en la actualidad apenas una decena está en activo. Las asociaciones vecinales exigen la creación de un centro polivalente compatible con el uso comercial de los puestos que funcionan porque, de lo contrario, “abandono llama a abandono”.
El centro comercial de Orcasur tampoco presenta un semblante más saludable. Construido en el marco del plan parcial de Orcasur, alojó en su momento a los comerciantes ambulantes que se ganaban la vida en la calle. Hoy en día, de los más de ochenta puestos disponibles apenas 5 presentan actividad. El resto está sumido en el más absoluto abandono, permitiendo usos impropios.
Y suma y sigue. Años llevan los vecinos pidiendo el cubrimiento de la estación de cercanías de Orcasitas para evitar tener que esperar a la intemperie o que la línea 81 de la EMT comunique a los usuarios con el hospital 12 de Octubre.
Otras reivindicaciones tienen carácter más general, pero resultan igual o más apremiantes aún en un distrito vulnerable: las modificaciones legislativas para frenar los desahucios, un fenómeno que ha impactado con virulencia en Usera; más recursos públicos para colegios como el CP Gloria Fuertes, cuyo índice de fracaso escolar alcanza el 50% o el CP Ciudad de Jaén, saturado por encima de la media; ofertas formativas dirigidas a la población en situación de desempleo, toda vez que desaparecido el programa de OPEA (Orientación Profesional para el Empleo y la Asistencia para el Autoempleo), los recursos para las personas que se encuentran en esa situación y tiene baja cualificación se reducen casi a cero y dificulta hasta lo indecible la labor del servicio de orientación de empleo que presta la asociación San Fermín.
Por todo ello y, porque, “si no salimos a la calle, otros nos quitarán lo que aún no hemos perdido”, asociaciones vecinales y colectivos sociales convocan una manifestación para el próximo viernes 12 de abril que partirá a las 18h de dos puntos: la plaza del Pueblo y el frontón situado frente a la Caja Mágica. Ambas columnas confluirán en torno a las 19.30h frente a la Junta Municipal del distrito.