Recordemos que desde finales de junio de 2018 y hasta bien entrado septiembre, esta zona y Villaverde, en Madrid, pero también Rivas Vaciamadrid, Getafe e incluso Pinto sufrieron una sucesión de episodios de malos olores que afectó seriamente a sus vecindarios. “El mal olor era muy característico, un fuerte olor a quemado, con un fondo químico, muy intenso y asfixiante”, describe la AV PAU del Ensanche de Vallecas, que debido a la proximidad de su barrio con Valdemingómez y muy a su pesar, se ha convertido en toda una experta en contaminación odorífera. De hecho, fueron personas de este colectivo las que en el mes de septiembre descubrieron la fuente de los malos olores, La Torrecilla, un parcela en la que Valoriza, antigua SUFI SA, filial de Sacyr, acopiaba varias toneladas del citado fertilizante originado mediante el secado térmico de lodos de depuradoras, antes de venderlo a agricultores para el abonado de sus campos. “Este producto se identifica con un granulado de color negro que, con altas temperaturas ambientales, en altas concentraciones y tras haber fermentado al humedecerse con las lluvias primaverales, autocombustiona por procesos termoquímicos espontáneos, siendo entonces cuando emite humo con el consiguiente mal olor”, explica Quique Villalobos, que además de presidente de la FRAVM y responsable de residuos de la entidad es vecino del ensanche vallecano. Tras permanecer inactiva unos cinco años, La Torrecilla retomó su actividad en febrero de 2018 y en el mes de septiembre de ese año el Canal de Isabel II (CYII) adjudicó a Valoriza Servicios Medioambientales SA un contrato para la gestión indirecta de lodos de las EDAR del Ayuntamiento de Madrid y la planta de secado de la EDAR Sur, que incluye la comercialización del fertilizante resultante.
Tras el hallazgo del origen los malos olores, con el fin de que estos cesasen a la mayor brevedad, el Ayuntamiento de Madrid negoció con Valoriza la salida rápida del fertilizante, cosa que se produjo. A la reducción de la contaminación contribuyó también el descenso de las temperaturas propio de la llegada del otoño.
Posteriormente, para evitar que los episodios de malos olores se reprodujesen en el verano de 2019, el Ayuntamiento de Madrid, junto a la FRAVM, realizó a principios de este año diversos contactos con la intención de crear una mesa de coordinación metropolitana con la participación de la Comunidad de Madrid. Al mismo tiempo, se reunió con Valoriza y el Canal de Isabel II y puso en marcha un protocolo para que Policía Municipal hiciera un seguimiento de la actividad de la planta.
Hacia una estrategia conjunta contra los malos olores
Las gestiones dieron sus frutos y el 14 de marzo se celebró una reunión con la participación de los ayuntamientos de Madrid, Pinto, Getafe y Rivas Vaciamadrid, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid y la FRAVM. Fue el primero de cinco encuentros de un grupo de trabajo sobre malos olores a los que pronto se sumó el Canal de Isabel II.
En esas reuniones se puso de manifiesto que la EDAR Sur, aunque ubicada en terrenos de Getafe y gestionada por el Canal a través de un contrato con Valoriza, es propiedad del Consistorio de Madrid. Ese contrato establece el compromiso de Valoriza a comercializar 50.000 TM/año del fertilizante procedente del secado de lodos y la liquidación trimestral del producto almacenado. Además, la empresa está obligada a mantener en todo momento las condiciones de estabilidad y seguridad del fertilizante.
La normativa que regula el acopio de fertilizantes es el Real Decreto 506-2013, que en su artículo 4 sobre los requisitos de los fertilizantes dice “que, en condiciones normales de uso” no deben producir “efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente”. Además, en su artículo 29 (Capítulo VII sobre controles y régimen sancionador) afirma que “las inspecciones de vigilancia en la fabricación, almacenamiento, comercialización y utilización de los productos fertilizantes, particularmente de las riquezas nutritiva garantizadas, así como la vigilancia de sus niveles de seguridad, corresponden a los órganos competentes de las comunidades autónomas”.
Llama poderosamente la atención que Valoriza carece de licencia municipal de actividad para el acopio de fertilizantes, algo que no precisa de Autorización Ambiental Integrada (AAI). Dispone, sin embargo, de una licencia municipal de actividad de 1992 a nombre de SUFISA para “almacenamiento de lodos para su transformación en fertilizante por vía aeróbica”, es decir, para hacer compostaje al aire libre (expediente 520/90/23879 cod 470 – 9/7/1992). Esta licencia habría caducado o no sería válida actualmente, pues para poder realizar compostaje o transformar la materia orgánica en fertilizante al aire libre (por vía aeróbica) es preciso disponer de una autorización como gestor de residuos, extremo que le fue denegado a Valoriza en 2004. Por ende, la empresa necesita una AAI, que no puede conseguir al encontrarse La Torrecilla dentro del Parque Regional del Sureste.
Sin permisos para acumular abonos en La Torrecilla
Por otro lado, el Canal de Isabel II dejó claro en las reuniones que el contrato con Valoriza no permite el acopio del fertilizante en La Torrecilla, después de haberle pedido que presente un plan de comercialización según las condiciones de contrato. La compañía, por su parte, ha entregado un plan que a su vez prevé un “plan de contingencia” que contempla su almacenamiento en caso de no poder distribuir el fertilizante en los meses de menos demanda, una opción que rechaza el CYII, por lo que el ente público escribió en el libro de órdenes de la planta un requerimiento negando el acopio. Al comprobar que la empresa hizo caso omiso de la orden, el Canal la impuso una sanción de 50.000€ que Valoriza ha recurrido. En estos momentos, se sigue negociando un plan adecuado de comercialización del fertilizante.
Hay que aclarar que el periodo en el que el fertilizante no tiene salida comercial se corresponde con los meses de verano, de junio a septiembre, precisamente la temporada en la que aquel se vuelve inestable si se encuentra almacenado al aire libre, teniendo una alta probabilidad de autocombustionar.
Con el fin de buscar soluciones al problema de malos olores, el Ayuntamiento de Madrid ha autorizado una modificación en la planta para construir un sistema modular de acopio en la zona de acopio provisional, a cargo de la encomienda de la EDAR Sur. “Esta zona estaría cubierta y protegida, lo que evitaría el peligro de autocombustión del fertilizante, pero no estaría operativa hasta meses después de verano. Es una solución a medio plazo, pero no para este verano”, subraya Quique Villalobos.
Por su parte, Valoriza se ha comprometido a ampliar el número de palistas y su horario para voltear y enfriar el fertilizante en La Torrecilla, algo que “sólo sirve para reducir o como mucho paliar el peligro de autocombustión”.
Por último, en las citadas reuniones se trasmitió que se está valorando una medida compuesta de la combinación del enfriamiento del granulado (fertilizante) con su inertización, pero la FRAVM desconoce si se ha probado y/o puesto en marcha.
Imagen: Ecologistas en Acción