“No al cierre de Mercadona”. Con esta consigna, la Asociación Vecinal de Begoña, en el distrito capitalino de Fuencarral-El Pardo, ha convocado a los habitantes de su barrio a una concentración que tendrá lugar este viernes, 20 de mayo, a las 18:00, ante el supermercado que se encuentra en el número 2 de la calle Ángel Múgica. Suena extraño que un colectivo vecinal se mueva en defensa de un hipermercado, pero en esta ocasión la marca es lo de menos. Los vecinos y vecinas de este barrio del norte de Madrid de apenas 7.000 almas llevan varias semanas movilizándose para impedir que eche el cierre el único supermercado con productos frescos de la zona. Movilizándose para evitar el desabastecimiento de alimentos como pan y pescado o productos de droguería e higiene.
Después de recoger más de 1.300 firmas en papel y denunciar públicamente el problema, y ante la firme voluntad de Mercadona de abandonar el barrio el próximo 8 de julio, la vecindad sacará ahora su protesta a la calle.
La compañía de Juan Roig, el tercer hombre más rico de España, abrió el supermercado de la polémica en 2009. Lo hizo en las instalaciones que antes albergaban el mercado el barrio. Y, como suele ocurrir, especialmente en lugares pequeños como Begoña, el pez grande se comió al chico, y muchos pequeños comercios echaron el cierre. “Es indignante que ahora Mercadona, después de ocupar la única galería de alimentación que teníamos, se vaya sin dejarnos ninguna alternativa”, se queja Pilar Martínez, portavoz de la Asociación Vecinal de Begoña. “¿Dónde vamos ahora a hacer la compra diaria? Aquí solo nos queda una carnicería, alguna frutería y un pequeño super sin productos frescos. Nos van a obligar a recorrer uno o dos kilómetros, a salir de un barrio donde el 40% de nuestros vecinos y vecinas tienen más de 60 años”, asegura.
Un barrio que, además, como una isla, se encuentra rodeado de vías de tren, carreteras y autopistas y presenta importantes carencias en movilidad y accesibilidad. “Llevamos años esperando la instalación de ascensores en la estación de Metro del barrio y en la de Cercanías del Ramón y Cajal, la otra estación de referencia, pero nunca llegan, a pesar de que por ley deberían haber estado listos el año pasado. Y mientras, aquí seguimos, rodeados por la M-30, la carretera de Colmenar, el Nudo Norte, las vías del ferrocarril, un polígono industrial y dos grandes hospitales, pero sobre todo, rodeados de la desidia de nuestros representantes políticos, poco interesados en resolver los problemas de un barrio modesto, popular y envejecido como el nuestro”, apostilla Martínez.
Para justificar el cierre del establecimiento de Begoña, Mercadona sostiene que este no cumple con los estándares de tamaño de su nueva línea de supermercados, que incluyen comida preparada. Una razón muy pobre para las 1.300 personas que ya han firmado para que “reconsidere” este decisión y “tenga en cuenta que dejan sin servicio a muchas personas mayores que no tienen acceso cercano a la compra de los productos más básicos”.