El 13 de noviembre de 1992 cuatro jóvenes de un grupo fascista irrumpieron en la discoteca abandonada Four Rouses de Aravaca con la intención de “dar un susto” a las personas inmigrantes que allí pasaban la noche. Lo hicieron días después de que algunos medios de comunicación crearan una injustificada alarma social sobre estos vecinos sin hogar. Los asaltantes dispararon en medio de la oscuridad, provocando la muerte de la dominicana Lucrecia Pérez y heridas a un compatriota suyo. A los pocos días la policía detuvo a los cuatro autores. Uno de ellos era Guardia Civil.
El asesinato generó una movilización contra el racismo sin precedentes en toda España, especialmente en Madrid, y desde esa fecha se contabilizan los crímenes de carácter racista y xenófobo en nuestro país. La extrema derecha acabó con la vida de Lucrecia Pérez por el simple hecho de tener otro color de piel y ser una inmigrante sin recursos.
Como hace cada 13 de noviembre, la Asociación Vecinal Osa Mayor, junto a ACROLA, la Peña Aravaqueña y las agrupaciones Compasos, Fanatics Aravaca y Scouts Aravaca impulsan una ofrenda foral en la plaza Corona Boreal. En el transcurso del acto, que durará 35 minutos, la organización dará lectura de una declaración con motivo del aniversario de la muerte de su vecina.