Aunque parezca mentira, en nuestra sociedad muchas personas vulnerables no tienen cubierto al 100% el coste de los medicamentos que necesitan para vivir con dignidad. Personas como los cada vez más numerosos trabajadores y trabajadoras pobres, que perciben un salario con el que resulta imposible llegar a fin de mes, o como nuestros vecinos y vecinas que carecen de la documentación en regla. O como aquellos y aquellas que cobran alguna pequeña pensión contributiva, prestación o subsidio por desempleo. Todos ellos y ellas deben hacer frente al 40% o incluso a la totalidad del valor de sus medicinas, lo que les obliga a prescindir a veces de ellas, provocando un deterioro de su salud y por ende de su calidad de vida.
En febrero de 2021, en el marco de la ola solidaria que se activó para hacer frente a los estragos de la Covid-19, la Asociación Vecinal La Incolora de Villaverde Alto puso en marcha Incofarma, un proyecto destinado a recaudar fondos para ayudar a estas personas, y desde entonces ha sufragado millares de medicamentos. Tras un parón de nueve meses, la entidad reactiva ahora la iniciativa gracias a la sensibilidad y compromiso de una persona muy especial ajena al barrio, la cantautora argentina María Lavalle. La artista, de reconocida fama internacional, ofrecerá un concierto benéfico el próximo 18 de junio a las 20:00 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Todo lo recaudado servirá para reflotar este hermoso proyecto que habla de solidaridad entre vecinos y vecinas. La organización ya ha puesto las entradas a la venta. Con un precio de 25€, pueden adquirirse en el siguiente enlace: https://tickets.circulobellasartes.com/es/1130-conciertos/8333-maria-lavalle-concierto-a-favor-de-incofarmacia/info
Ecos de la solidaridad ante la Covid-19
Recordemos que ya en los primeros días de la pandemia y ante el desconcierto de que nos enfrentábamos a algo completamente nuevo, las asociaciones vecinales dieron un paso al frente y en cuestión de horas se organizaron junto a otros colectivos en los barrios creando redes de apoyo mutuo. Una parte de la población que vive en nuestros barrios trabaja en sectores precarios, en trabajos poco cualificados con rentas muy bajas o en la economía sumergida, lo que no permite tener un colchón de ahorro, y la llegada de la Covid-19 supuso un golpe terrible a su precaria situación. Las redes vecinales se volcaron entonces en preparar y distribuir cestas alimentarias de urgencia para intentar paliar las necesidades más básicas, enfrentándose a las tristemente conocidas “colas del hambre”.
“En esas colas los voluntarios fuimos creando lazos con las personas que venían a recoger las cestas y poco a poco detectamos otras necesidades, como la dificultad para pagar alquileres y recibos de luz y agua. Y en una conversación vimos que había quienes tenían que renunciar a su medicación”, relata Javier Cuenca, presidente la Asociación Vecinal La Incolora y uno de los impulsores de Incofarma. “Lo siguiente -continúa- fue hablar con la trabajadora social de nuestro Centro de Salud y buscar la manera de canalizar nuestra ayuda y atención a esas personas. Después contactamos con una farmacia del barrio para que atendiera a quienes derivábamos, obteníamos los fondos a través de donativos. Esto fue relativamente sencillo en los primeros meses, pero el paso del tiempo hizo que nuestros ingresos se fueran debilitando hasta que en julio del año pasado tuvimos que cerrar nuestro proyecto”, recuerda el representante vecinal.
“Sin embargo, el azar ha querido que se cruzara en nuestro camino una maravillosa persona que supo de lo que hacíamos y nos ofreció su talento para volver a poner en marcha este engranaje solidario que hace que las medicinas lleguen a quienes no cuentan con recursos”, concluye el presidente de un colectivo de barrio que jamás imaginó contar con una embajadora de la talla de María Lavalle.