Al igual que sucede en otros barrios de la capital que hace muchos años albergaban fábricas y talleres y hoy son tranquilas zonas residenciales, la pequeña área que representa el Paseo Imperial entre los números 2 y 10 sigue teniendo calificación de industrial a pesar de que solo acoge viviendas y algunas actividades terciarias. Un anacronismo que, para desgracia de sus vecinos y vecinas, ha abierto la puerta a la instalación de las molestas y controvertidas cocinas fantasma.
En el número 6 de la calle Paseo Imperial ya funcionan tres de las nueve que la empresa Cuyna tiene previsto abrir en el edificio, un negocio que da servicio por la calle paralela, el Paseo de los Melancólicos. Además, en la misma manzana pero en el número 8 de Imperial la compañía Kitchen Cluster ha instalado otras doce cocinas industriales que espera poner en marcha una vez se aclare su situación legal. La comunidad de vecinos ha presentado un recurso contencioso administrativo contra la supuesta licencia concedida por el Ayuntamiento y una demanda civil por irregularidades en las obras. La vecindad denuncia que estos trabajos han dañado alguna viga de la estructura del edificio.
Desde que tuvieron conocimiento de estos proyectos empresariales, hace ya siete meses, los vecinos y vecinas residentes no han cesado de movilizarse para impedir su funcionamiento junto a sus viviendas. Son muy conscientes de los problemas de olores, ruidos, suciedad, seguridad vial y movilidad que provocan. Por ahora estas afecciones son muy limitadas porque solo se encuentran activas tres cocinas, que generan el habitual trasiego de riders en Paseo de Melancólicos, pero podrían tornarse en un auténtico infierno si llegan a abrir las 18 que están previstas.
Además, dado que están alojadas en un edificio industrial (a pesar de estar rodeado de viviendas), otras empresas del ramo podrían replicar la iniciativa en el mismo lugar, abriendo nuevas dark kitchen.
Por ello, con el fin de cerrar esta posibilidad, los vecinos y vecinas afectados registraron el pasado 26 de octubre en el Ayuntamiento 700 firmas que reclaman la inclusión de su área en la moratoria de licencias de cocinas fantasma aprobada por el Consistorio. Recordemos que, tras las protestas de diversas comunidades afectadas y la presión de las asociaciones vecinales y la FRAVM, en julio el Gobierno local decidió suspender, hasta la aprobación de la Modificación de las Normas Urbanísticas del Plan General, las autorizaciones de construcción y funcionamiento de las llamadas cocinas agrupadas en casi todo el territorio municipal, a excepción de los ámbitos regulados por la Norma Zonal 9, relativa a usos industriales. El área de Paseo Imperial y Melancólicos de la discordia, que apenas llega a 12.000 m², pertenece a uno de estos ámbitos, y está regulada bajo la Normal Zonal 9.1.
A pesar de su calificación de industrial, en ella el uso residencial es predominante. En realidad, en esta parte del barrio de Imperial de Arganzuela “no hay actividades industriales, y la mayoría de actividades existentes son terciarias”, puede leerse en el escrito de firmas presentado por las comunidades afectadas. De hecho, junto a las viviendas conviven tres naves que hoy solo acogen oficinas, gimnasios, productoras y espacios de coworking. Y la mayor parte de los propietarios de estos negocios están en contra de compartir el área con cocinas industriales.
“Se ha de considerar además que en un radio de 250 metros a la redonda se encuentran el CEIP Marqués de Marcenado y el EIPS San José, a los que se suman en un radio de 500 metros el CEIP Joaquín Costa y la EI El Jardinar”, añaden.
En definitiva, su situación no difiere de cualquier otro ámbito residencial, de tal forma que su exclusión de la moratoria del Ayuntamiento “significa una discriminación y un agravio comparativo”. “Las molestias al vecindario, la contaminación acústica y atmosférica, los riesgos asociados y los impactos sobre la movilidad se darán aquí igual que en cualquier otra zona residencial”, subrayan los afectados, que gracias a Más Madrid y PSOE llevaron su demanda al pleno municipal.
Rechazo del pleno municipal
Así, el mismo día en que se registraron las citadas 700 firmas, estos grupos políticos presentaron en la sesión del pleno municipal una proposición con la demanda vecinal. Lamentablemente, no salió adelante por el voto en contra de PP, Ciudadanos y Vox.
A pesar del varapalo, las comunidades de Imperial y Melancólicos afectadas siguieron denunciando su injusta situación, tanto solas como en el marco de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma de Arganzuela y de Madrid, impulsando dos protestas ante el Ayuntamiento y sumándose a las manifestaciones organizadas en su distrito por las y los afectados por las dark kitchen de la calle Alejandro Ferrant, las famosas cocinas de las “tres chimeneas” que emiten sus gases tóxicos al patio del colegio Miguel de Unamuno. Además, fueron muy activas en la campaña de recogida de firmas contra las cocinas fantasma en edificios de viviendas impulsada por la citada plataforma madrileña y la FRAVM de cara al proyecto de Modificación de las Normas Urbanísticas del PGOUM de 1997. De hecho, recogieron 1.200 rúbricas en papel de apoyo a un escrito de sugerencias a este proyecto que incluye la petición de “extender las condiciones exigidas a las cocinas agrupadas en los ámbitos de uso cualificado residencial a las cocinas que se ubiquen en áreas reguladas por la Norma Zonal 9, grados 1º y 2º”.
En estos momentos, una vez finalizado el plazo de información pública el pasado 16 de noviembre, el Ayuntamiento estudia las sugerencias al proyecto de modificación de las Normas Urbanísticas presentadas por organizaciones y la ciudadanía, y muy pronto el texto definitivo verá la luz. Las comunidades de Paseo de Melancólicos y Paseo Imperial afectadas por las cocinas fantasma esperan que en este proceso el Gobierno local se torne más razonable, cambie finalmente su posición e incluya su área en el territorio vetado a las cocinas industriales. Ya es hora de que ponga fin a esta injusticia.
Como el resto de vecindarios afectados y la propia FRAVM, estas comunidades subrayan que no están en contra de este tipo de iniciativas empresariales, sino de que se implanten junto o encima de viviendas, en áreas residenciales. ¿Tan difícil es de entender?