La FRAVm suscribe un llamamiento por la unidad de los movimientos sociales impulsado por International Alliance of Inhabitants

La Federación aboga, junto con otras organizaciones sociales procedentes de todas las latitudes del mundo, por la dignidad de la vivienda, el control popular sobre el pago de la deuda social y la anulación de la deuda externa, el fomento de políticas públicas urbanas y de viviendas y contra las privatizaciones y los desalojos.

Las organizaciones y redes de habitantes, cooperativas, sindicatos de inquilinos, centros comunitarios, pueblos originarios y comités de lucha por el derecho a la vivienda de todos los países hacen un amplio llamamiento por la unidad de los movimientos sociales urbanos que luchamos por hacer realidad nuestros derechos económicos, sociales y culturales, especialmente el derecho a la vivienda y a la ciudad en todo el mundo. Considerando que:

1. La globalización neoliberal imperante, basada en la exclusión y la desigualdad, causa una creciente violación del derecho a la vivienda, dejando a más de mil millones de personas sin vivienda o mal alojados, amenazados por desalojos, discriminados por guerras o por catástrofes, sobre todo migrantes, mujeres, pobres y poblaciones discriminadas, como por ejemplo los Dalit y los Rom;

2. la UN-Habitat prevé que las personas afectadas alcancen la cifra de 1,7 mil millones de personas para el 2020, aumentando en un 70%;

3. el reembolso de la deuda externa exigido por el Banco Mundial y el FMI es imposible y veleidoso el cumplimiento del target número 7 de las Metas del Milenio establecidas por las Naciones Unidas, que prevé mejorar las condiciones de las viviendas de 100 millones de personas para el 2015;

4. cada día surgen iniciativas en todo el mundo, organizaciones sociales y redes de habitantes que resisten heroicamente a los desalojos, combaten las privatizaciones y la liberalización del sector de la vivienda ocupando inmuebles vacíos y baldíos urbanos y defendiendo solidariamente el derecho a la vivienda; 5. en estas luchas cotidianas, surgen alternativas diferentes desde las comunidades, barrios, colonias, favelas que prefiguran, no uno, sino varios modelos que están llamados a convertirse en políticas publicas urbanas y rurales, así como en alternativas reales de desarrollo humano sostenible;

6. con estas experiencias populares y sociales se demuestra la extraordinaria capacidad y madurez de los movimientos sociales urbanos por involucrarse creativa, eficaz y solidariamente en la solución de las diferentes problemáticas urbanas y rurales;

7. estos movimientos son diversos, tanto por su origen, su cultura y su ubicación geográfica, pero comparten principios comunes de solidaridad y están caracterizados por tener un fuerte arraigo social, así como por el interés común de construir otro mundo posible, afirmando que otras ciudades son posibles. Por todo lo anterior, consideramos que es necesario reivindicar nuestro papel de actores sociales, retomar nuestra palabra y la iniciativa de articulación global desde las organizaciones de habitantes, a partir de un fuerte despliegue de alianzas con otros actores y movimientos sociales, poderes locales, personalidades y, en definitiva, todo aquel que comparta con nosotros los principios del derecho a la vivienda y a la ciudad.

Por ello convocamos y respaldamos:

• la unidad de los movimientos sociales urbanos para construir un espacio común, global y solidario de encuentro para el intercambio de experiencias, debate, elaboración de propuestas e impulsar iniciativas movilizadoras de acción conjunta, en definitiva, un espacio basado en el reconocimiento de la diversidad cultural, pero también de complementariedad y equilibrio, en el respeto a nuestro derecho de organizarnos de manera autónoma como movimiento urbano internacional; • la participación en el encuentro de los movimientos sociales urbanos en el Foro Social Mundial 2005, en Porto Alegre, para dar continuidad al intercambio de experiencias, el debate y estableciendo una agenda común a nivel regional y global, empezando por la lucha:

• por la seguridad y la dignidad de la vivienda y cero desalojos;

• por el control popular sobre el pago de la deuda social y la anulación de la deuda externa;

• por el relance de políticas publicas urbanas y de viviendas y contra las privatizaciones.

Uno de los principales desafíos actuales ante la globalización neoliberal son nuestra coordinación y nuestras convergencias, solo así estaremos en condiciones de construir otro mundo posible y otras ciudades posibles.

¡Ni una lucha aislada mas!

Han suscrito el documento Unione Inquilini, Droit au Logement, Réseau des Femmes pour l’Acces au Foncier et a l’Habitat, el Movimiento Uruguayo de los Sin Techo de Uruguay, Shelter for the Poor de Bangladesh o All-Russian Housing, de Rusia.

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