La AV Valle Inclán de Prosperidad lleva 35 años trabajando en este emblemático barrio madrileño de 35.000 habitantes del distrito de Chamartín. En el año 2005, la Consejería de Educación cedió a la entidad un local comercial de 600 metros cuadrados en el que la asociación, sin ánimo de lucro, invirtió 50.000 euros para garantizar unas condiciones mínimas de habitabilidad y poder acoger así las decenas de actividades que se llevan a cabo semanalmente. En octubre de 2009, al aproximarse el vencimiento de la cesión –de cinco años–, la asociación se puso en contacto con la Consejería, cuyos portavoces aseguraron que no habría ningún problema. La sorpresa fue mayúscula cuando el pasado 27 de febrero recibieron una notificación judicial en la que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid autorizaba la entrada de la Comunidad de Madrid, propietaria del semisótano donde la asociación se reúne desde hace siete años, y el posterior desalojo de la agrupación vecinal.
Gloria Cavanna, portavoz de la asociación, asegura que tanto desde la asociación como desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid “se ha intentado por todos los medios negociar”, pero en vano. La respuesta oficial de la consejería llegó el 15 de junio de 2010 a través de una carta en la que les exigía la entrega de las llaves del local anulando cualquier posibilidad de renovación. Punto final.
Desde entonces, la asociación se ha afanado en buscar un local alternativo adonde trasladar las actividades que se desarrollaban en su sede de la calle Luis Cabrera. Y lo encontró en la calle cardenal Siliceo 23. Esta tarde harán la mudanza. Y la harán de una manera muy particular: mediante una cadena humana. “Pedimos a todos nuestros vecinos y amigos que se unan a nosotros; que juntemos todas nuestras manos, para seguir mostrando a todo el mundo y en especial a aquellos que nos quieren ver fuera del barrio, que vamos a seguir, que la asociación ha sido un punto de encuentro e integración y que lo seguirá siendo aunque nos cueste”.