No es de recibo que 112 días después del aguacero que motivó su cierre por la inundación de sus instalaciones, el Ayuntamiento ni siquiera haya iniciado las obras de rehabilitación del primero y la Comunidad de Madrid no haya sido capaz de reparar la instalación eléctrica de la segunda.
El pasado 19 de octubre la capital sufrió un aguacero histórico que provocó inundaciones y numerosos daños, afectando a equipamientos públicos como los citados. En el Centro Cultural Los Rosales, que se encuentra en la avenida de Los Rosales, el agua llegó a tirar uno de los muros, de tal forma que para que pueda abrir al público en condiciones de seguridad el edificio necesita una reforma estructural. “Sabemos que el centro tiene daños severos, pero después de llevar meses cerrado, el Ayuntamiento ni siquiera ha empezado las obras y tampoco nos dice cuándo y de qué manera las va a hacer. No se da cuenta de lo importante que es este centro para los vecinos y vecinas de Villaverde Bajo”, indica Verónica Parra, de la Asociación Vecinal Independiente de Butarque (AVIB).
No en vano, se trata del centro de referencia para la totalidad del barrio administrativo de Butarque y la mitad de Los Rosales, es decir, para casi 40.000 personas. Sus usuarios han sido trasladados a otros centros culturales del distrito como Santa Petronila, Bohemios, Ágata, San Cristóbal y Marconi, que se encuentran bastante alejados del de Los Rosales. “Las comunicaciones entre los barrios de Villaverde no son muy buenas y para llegar al centro cultural más cercano necesitas, como mínimo, media hora de autobús”, informa Parra.
El Centro Cultural Los Rosales, además del único salón de actos existente en el barrio, ofrecía un amplio programa de actividades, que van desde yoga y pilates, bailes de salón y ajedrez hasta inglés, guitarra y manualidades, pasando por cocina, corte y confección o pintura. Lamentablemente, muchos usuarios y usuarias no han podido trasladarse a otros centros y han dejado de seguirlas.
Por su parte, la Biblioteca Pública María Moliner, todo un referente en el distrito y en la ciudad, permaneció cerrada desde la DANA de octubre hasta finales de diciembre, que abrió sus puertas pero en unas condiciones muy precarias. Las asociaciones vecinales de Villaverde denuncian que aún no está reparada del todo la instalación eléctrica, de tal forma que para poder calentar su interior la Comunidad de Madrid usa calefactores industriales alimentados por grupos electrógenos. Estos calefactores, que se encuentran en medio de las salas, provocan un ruido muy molesto, a lo que hay que sumar la falta de enchufes para poder conectar los ordenadores portátiles. El estudio resulta, por tanto, muy difícil.
Ubicada en la calle de Villalonso, en Villaverde Alto, la María Moliner dispone de 328 puestos de lectura y es una de las bibliotecas con más demanda de la ciudad. No en vano, es la única biblioteca pública de verdad del distrito, ya que la de Butarque sigue en construcción y la sala de lectura municipal León Felipe dispone de una colección muy reducida y tan solo cuenta con una docena de puestos de estudio.
Ante esta situación, las asociaciones vecinales de Villaverde han comenzado a movilizarse para lograr que, cuanto antes, la vecindad vuelva a disfrutar de su biblioteca en condiciones dignas y del centro cultural de Los Rosales.