Auténtica alma de Canillejas, barrio por el que se dejó la piel, en sus últimos años protagonizó una exitosa batalla, aquella que consiguió paralizar la entrega a manos privadas de la Finca de Torre Arias y que se abriera al pueblo de Madrid. No en vano, era presidente honorífico de la Plataforma de Torre Arias . Carpintero ebanista de profesión, fue durante muchos años presidente y vicepresidente de la Asociación Vecinal Amistad de Canillejas, y siempre mantuvo una participación muy activa en la Coordinadora de Asociaciones Vecinales de San Blas y en la FRAVM.
Alegre e irónico como pocos, llegó a estar amenazado por grupos neonazis por denunciar su racismo y xenofobia. “Una gran persona, que hasta última hora siempre ha estado en las luchas de nuestro barrio y apoyando a las personas que lo necesitaban. Por ello solo podemos darle muchas gracias por su vida y compromiso”, han escrito sus compañeros de la asociación vecinal tras su fallecimiento.
Un reconocimiento al que se suman las asociaciones vecinales de Madrid, al que nos sumamos, solidarizándonos en estas horas difíciles con su mujer, su hijo, sus compañeros y amigos y amigas. Que la tierra te sea leve, compañero Andrés.