Las asociaciones vecinales firman los Planes de Barrio, un programa para el desarrollo de 16 zonas desfavorecidas de Madrid

En la mañana del viernes 24 de abril y después de meses de negociación, Ignacio Murgui, presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) suscribió con el alcalde de la capital en el Palacio de la Cibeles los llamados Planes de Barrio, un conjunto de casi 700 actuaciones destinadas a reducir las desigualdades sociales a través del fomento del empleo, la mejora de la educación, el desarrollo del asociacionismo y la atención a colectivos desfavorecidos, entre otros ámbitos.

Las asociaciones vecinales firman los Planes de Barrio, un programa para el desarrollo de 16 zonas desfavorecidas de Madrid
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Al acto de firma asistieron representantes de las asociaciones vecinales de estas 16 zonas, entidades que aparecen como las auténticas protagonistas de este nuevo logro del movimiento ciudadano. Son ellas, con el apoyo de la FRAVM, las que se hallan detrás de una buena parte de las intervenciones que recogen los planes, que se enmarcan en un proceso de conquistas vecinales que tiene sus precedentes en los planes especiales de inversión. “Contaba Unamuno la historia de un muchacho que lanzaba piedras a la luna. Sus compañeros se reían de él, pero cada día sus disparos se acercaban un poquitín. Y cada día su brazo estaba más fuerte. Esta historia resume la apuesta del movimiento vecinal por los planes especiales de inversión, que echaron a andar en 1998 con el Plan 18.000 de Usera Villaverde, continúan hoy con los planes de barrio y continuarán en un futuro con otros proyectos diseñados y consensuados con los vecinos de los barrios más desfavorecidos de la capital”, indicó Murgui en el acto. La Federación vecinal echa en falta que este tipo de actuaciones, destinadas a reequilibrar el conjunto de la ciudad, no se extiendan a más barrios. Además, considera que se deberían destinar más recursos a la lucha contra el desempleo, auténtico caballo de batalla en este periodo de recesión económica. Pero a pesar de todo esto, la FRAVM no puede dejar de felicitarse por un acuerdo que servirá para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones destinatarias e incrementar la cohesión social en la capital. “Hacer mención a la crisis como marco de análisis de cualquier iniciativa puede resultar redundante. Sin embargo, en los barrios para los que hemos acordado estos planes lo que es redundante es la propia crisis. Una crisis de carácter permanente y estructural. Una crisis por acumulación de las consecuencias negativas de un modelo urbano que ha generado, entre otras cosas, desequilibrio, segregación territorial y ruptura de la cohesión social”, afirmó, antes de continuar: “Una crisis que se ha caracterizado por la concentración y la persistencia en estos barrios de diversos problemas de carácter social: desescolarización, absentismo escolar, los mayores índices de desempleo y los menores niveles de renta de toda la capital, carencias dotacionales de todo tipo, etc”, afirmó el representante vecinal. El compromiso del Consistorio madrileño afecta a 16 zonas con enormes dificultades: Caño Roto, en Latina; Pan Bendito y Alto de San Isidro, en Carabanchel; San Andrés, San Cristóbal de los Ángeles y Villaverde Bajo, en Villaverde; “Triángulo del Agua”, el Pozo-Entrevías y Fontarrón, en Puente de Vallecas; La Elipa, en Ciudad Lineal; plaza de Soledad Torres Acosta y Lavapiés, en Centro; poblados A y B, en Fuencarral; y Orcasur, Meseta de Orcasitas y San Fermín, en Usera. 16 espacios que no se corresponden exactamente con divisiones administrativas pero que constituyen ámbitos geográfica y sociológicamente diferenciados: todos ellos presentan altos niveles de exclusión que requieren actuaciones urgentes. Su elección se ha realizado de la mejor de las maneras posibles, ya que han sido las propias asociaciones vecinales de cada distrito, tras valorar colectivamente las necesidades más inminentes del territorio, las encargadas de marcar las prioridades. Muchas entidades han pospuesto la ejecución de reclamaciones históricas de sus barrios para que se lleven a cabo las de otros barrios del distrito, en un acto ejemplar de solidaridad vecinal. Una vez rubricados los 16 planes, que suponen la concreción de un acuerdo firmado entre la FRAVM y el Ayuntamiento el pasado 28 de abril, una comisión de seguimiento de cada uno de los 16 barrios integrada por responsables de estas entidades, las juntas de distrito y representantes de las asociaciones vecinales involucradas se encargará ahora de supervisar la correcta ejecución de lo pactado. “Los planes no recogen todo lo que necesitan nuestros barrios. No constituyen la solución definitiva a los problemas estructurales propios de este modelo de ciudad y de sociedad, ni a los problemas coyunturales de este periodo de crisis, pero indudablemente contienen medidas y oportunidades concretas que no podemos ni debemos dejar escapar”, sostuvo Ignacio Murgui. El portavoz ciudadano apostilló, citando Eduardo Galeano que se trata de “cosas chiquitas que no acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá, pero quizá desencadenen la alegría de hacer y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable”, concluyó. Los Planes de Barrio no contemplan la realización de nuevas infraestructuras o equipamientos, sino la implantación y mejora de dispositivos destinados a reducir las diferencias sociales. En este marco, cada zona desarrollará un Plan de Empleo que contempla numerosas actuaciones de orientación, intermediación laboral entre las empresas del distrito y los desempleados, así como programas mixtos de formación y empleo, formación ocupacional y de fomento del autoempleo. Dentro de este plan, se creará una figura novedosa, la del dinamizador de empleo, un profesional que sondeará las necesidades reales de los desempleados de algunos de los barrios de los planes para poder diseñar y ofertar unos servicios acordes con éstas. La educación es otro de los aspectos preferentes en el programa municipal. En casi todos los barrios se organizarán campañas para combatir el absentismo y el fracaso escolar y se ofrecerán actividades que sirvan de refuerzo educativo en horario extraescolar. En el marco de la integración de los colectivos con mayores problemas de inserción, los planes permitirán incrementar la ayuda a domicilio y la teleasistencia a las personas mayores, así como las actividades de ocio destinadas a este sector poblacional. En algunas zonas se pondrá en marcha un proyecto para atender las necesidades específicas de las mujeres mayores y en casi todos los barrios se impulsarán campañas de sensibilización contra la violencia de género, así como el llamado Proyecto ARTEMISA, para conseguir la integración de la mujer gitana en el mundo laboral. El Ayuntamiento aumentará también los recursos dirigidos a la población inmigrante en distritos donde la presencia de ésta es elevada. Otro de los aspectos relevantes tiene que ver con el fomento del asociacionismo, que se concretará en campañas para promover la participación y en programas de formación para asociaciones vecinales (cursos de nuevas tecnologías, fiscalidad, etc.), entre otras intervenciones. Los Planes de Barrio también incluyen proyectos en el ámbito del deporte, la cultura, la seguridad, la movilidad y la escena urbana.

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