La polémica Ordenanza del Ruido, a debate

El pasado martes 20 de julio los miembros del grupo de trabajo que evalúa la aplicación de la Nueva Ordenanza para luchar contra la contaminación acústica mantuvieron su primer encuentro. La primera sesión de trabajo no estuvo exenta de discrepancias.

La concejala de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Paz González, el director del Área de Medio Ambiente, el señor Galiacho, el delegado de Economía, la directora de Disciplina Ambiental, la jefatura de la Policía Ambiental, técnicos de Contaminación Acústica, representantes de los empresarios hosteleros, el presidente de la Cámara de Comercio, dos representantes de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) , la Asociación Madrileña de Empresarios por la Calidad del Ocio (ECO) y Andrés Martínez, en representación de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, se dieron cita en la Casa de la Villa en el marco del acuerdo que CEIM, la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento han suscrito para garantizar la sostenibilidad de las empresas de la capital. En el encuentro, los representantes del sector hostelero pusieron de manifiesto su rotunda oposición a la nueva Ordenanza del Ruido y no dudaron en calificarla como “totalmente represiva y sancionadora”. Uno de los puntos de la normativa que más reticencias ha suscitado en el sector es la obligación de desconectar los equipos de reproducción sonora con una anticipación de media hora sobre el horario de cierre establecido en la normativa a fin de evitar las aglomeraciones en la puerta de los establecimientos. Otro de los grandes puntos de discordia es la posibilidad de que el Consistorio pueda suspender temporalmente y sin previa audiencia del interesado las actividades de aquellos establecimientos que superen los niveles sonoros máximos establecidos a fin de imponer las medidas correctoras necesarias. La Cámara de Comercio llegó más lejos todavía y anunció que presentará recursos contra la Nueva Ordenanza ya que, entienden, se ha hecho contra los intereses de los empresarios hosteleros. Por su parte, Dionisio Lara, presidente de ECO, organización con la que la Federación suscribió el Manifiesto por la Ordenación del Ocio desde la Convivencia Ciudadana el pasado mes de junio, añadió que los hosteleros no son los únicos afectados ya que son “dos millones trescientas mil personas los que disfrutan del ocio nocturno durante los fines de semana”. La polémica está servida. En el centro del debate, los argumentos se escoran entre el derecho al ocio, el derecho al descanso de los vecinos y la libertad propia de las actividades económicas y empresariales de los negocios hosteleros. Colusión de derechosLo que si parece claro es que aún queda mucho por hablar. Las asociaciones de vecinos, particularmente las del centro de Madrid, por su parte, han aplaudido la aprobación de la nueva normativa, que restringe significativamente el impacto de los locales de ocio nocturno. Hace años que los vecinos de las zonas de Malasaña, Huertas y Lavapies vienen denunciando las continuas agresiones acústicas y medioambientales provocadas por la masificación del ocio en sus barrios y reivindicando el inicio de un proceso de diálogo y concertación social que reordene, de forma rigurosa y racional, el ocio en nuestra ciudad de manera que se pueda armonizar el derecho al descanso de los vecinos con el derecho al ocio de la ciudadanía. La próxima cita, después de las vacaciones.

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