El Monte de El Pardo debe gestionarse bajo una figura de protección que garantice la conservación de su biodiversidad

Ecologistas en Acción Madrid y la FRAVM cuestionan la declaración de Parque Nacional para el Monte de El Pardo y solicitan que se estudien otras figuras más adecuadas para garantizar su integridad ecológica. Así, sugieren su integración en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares con el fin de crear un pasillo de biodiversidad entre Madrid y la sierra de Guadarrama.

El Monte de El Pardo debe gestionarse bajo una figura de protección que garantice la conservación de su biodiversidad
Bosque de encinas en el Monte de El Pardo. / Imagen: AlfredoAF

Al norte de la ciudad de Madrid se sitúa una finca de 15.821 hectáreas, el Monte de El Pardo. Su extensión representa un 26,4% de la superficie del término municipal de la capital, y para comprender sus orígenes debemos remontarnos al siglo XV. Concebido inicialmente como un espacio de residencia temporal y coto privado de caza, es actualmente gestionado por Patrimonio Nacional (organismo público responsable de los bienes que proceden del legado de la Corona española).

Ecologistas en Acción Madrid y la FRAVM denuncian la opacidad con la que Patrimonio Nacional gestiona este bosque mediterráneo que colinda con una gran ciudad como es Madrid. Pese a ser uno de los pulmones de la ciudad madrileña y refugio de una de las mayores riquezas en biodiversidad en el municipio, Patrimonio Nacional no se preocupa tanto por la regeneración de las comunidades vegetales, como de administrarlo como si fuera una finca de caza mayor. Por ello, la organización ecologista y la federación vecinal exigen que su gestión sea pública y transparente, así como que responda a criterios científicos de conservación rigurosos. Instan a que la Casa Real de un paso al frente y apueste por la biodiversidad, demostrando su compromiso en la lucha por detener la actual crisis ecológica.

El Monte de El Pardo, catalogado como zona ZEPA en la Red Natura 2000 desde 2014, posee importantísimos valores ambientales y patrimoniales que deben ser preservados. Ecologistas en Acción Madrid y la FRAVM señalan que tiene características similares a Parques Nacionales como los de Monfragüe y Cabañeros, pues en El Pardo se han catalogado 120 especies vegetales diferentes, así como varios ejemplares de árboles centenarios. Además, se han catalogado casi 200 especies vertebradas (125 aves, 35 mamíferos, 19 reptiles y 13 anfibios).

La integración de El Pardo en la Red de Parques Nacionales lleva disputándose desde los años setenta del pasado siglo, con el apoyo de prestigiosos científicos como Fernando González Bernáldez. Sin embargo, la organización ecologista advierte que hoy en día el panorama de la conservación ha cambiado y dicha figura de protección para el Monte de El Pardo entraña serios peligros que deben ser tenidos en cuenta. La masificación turística asociada a los Parques Nacionales combinada con la extrema cercanía del espacio natural al núcleo urbano de una ciudad tan poblada como Madrid puede poner en riesgo la integridad ecológica de uno de los ecosistemas más importantes de la región.

Ecologistas en Acción Madrid y la FRAVM sugieren que se integre el Monte de El Pardo en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares bajo una figura de protección acorde a los objetivos de conservación de la biodiversidad y resalta la necesidad de mejorar el conocimiento científico de las comunidades biológicas de este espacio natural. La continuidad geográfica y ecológica del Monte de El Pardo con las zonas de Reserva Natural Integral de Valtravieso y Alto de la Marmota en el Parque Regional sugiere que se aplique este mismo régimen. Los términos de esta figura de protección deberían ser discutidos bajo criterios científicos y con los debidos mecanismos públicos de transparencia. Es importante recordar el carácter excepcional del Monte del Pardo, tanto por sus valores naturales como por la cercanía a la ciudad de Madrid, y del mismo modo ha de ser excepcional la figura de protección aplicada.

Así mismo, de la mano de dicha catalogación será necesario el desarrollo de un Plan de Gestión específico que establezca la conservación del medio natural como principal objetivo, primando sobre cualquier uso, como el recreativo o el cinegético, y promoviendo la evolución natural del ecosistema. La asociación ecologista recuerda que han sido el aislamiento y la vigilancia de los que ha disfrutado el Monte de El Pardo los que han permitido su conservación y que este área brinde a la capital los servicios ecosistémicos que actualmente aporta a la capital. Si bien han sido estas las condiciones las que han asegurado la integridad ecológica del territorio, Ecologistas en Acción Madrid y la FRAVM subrayan que un uso público del enclave, siempre restringido y limitado a visitas guiadas, puede ser compatible. Existen ejemplos apropiados en nuestra comunidad como el Sitio Natural de Interés Nacional del Hayedo de Montejo.

Lamentablemente las 900 hectáreas que fueron abiertas al público hace años carecen de la suficiente atención y cuidado por parte de Patrimonio nacional, autoridad gestora. En esta zona es necesaria una planificación que ordene de manera adecuada el uso público sin atentar contra los valores naturales del territorio e incrementando su vigilancia. La presente gestión de esta superficie se caracteriza por el abandono y el desinterés, olvidando el inmenso potencial de educación ambiental, inaceptables en un espacio natural tan importante y cercano a la ciudad de Madrid. Conviene recordar que esta zona también se encuentra regulada por el Plan de Protección Medioambiental del Monte de El Pardo aprobado en 1997 en el que se regulan los diferentes usos y directrices de conservación. Prueba de este abandono es la mención a la habilitación de un Centro de recepción e información de visitantes y que más de 30 años después aún no ha tenido lugar.

Concluyen que se trata de una oportunidad única el poder contar con un corredor ecológico de biodiversidad de gran calidad que uniría la ciudad de Madrid con la sierra de Guadarrama, así como una potente herramienta de educación ambiental para la ciudadanía. Es el momento para que Patrimonio Nacional, y con éste la Casa Real, apuesten por la biodiversidad y aseguren la gestión pública y transparente del Monte del Pardo.

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