Es “inaceptable” que los vecinos y vecinas de la capital paguen más por el mismo servicio, y esto es lo que va a ocurrir si se aprueba la actual propuesta municipal de tasa de residuos del Ayuntamiento de Madrid. Por ello, ante un proyecto que considera fiscalmente injusto y poco progresivo, jurídicamente inseguro, socialmente insolidario y técnicamente improvisado, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) acaba de presentar un documento de alegaciones que espera sea tenido en cuenta para mejorar la tasa y que no suponga una carga extra para el conjunto de la ciudadanía.
El Ayuntamiento ha anunciado una reducción en el tipo impositivo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), del 0,442% al 0,428%, como medida para compensar el impacto económico de la tasa. Sin embargo, “esta reducción parece claramente insuficiente para equilibrar el coste que supondrá esta nueva tasa para las familias madrileñas, estimado en una media de 141 euros anuales por hogar a partir de 2025”, indica la Federación Vecinal en su texto de alegaciones, antes de subrayar que el Ayuntamiento tiene aún margen para bajar el IBI, ya que la normativa vigente permite hacerlo hasta el 0,4%. Ante la reducción insuficiente del Consistorio, la FRAVM propone que un ajuste progresivo del tipo de IBI, “comenzando por una reducción más significativa para los tramos de valores catastrales más bajos” con el fin de mitigar el impacto económico de la nueva tasa sobre las familias con menor capacidad adquisitiva.
En la misma línea de progresividad y justicia, la FRAVM solicita incluir el nivel de renta de los hogares para calcular la Tarifa Básica (TB) de la tasa, no solo el valor catastral. “El valor catastral no refleja adecuadamente la capacidad económica de las personas que residen en los inmuebles. Esto resulta especialmente evidente en el caso de arrendatarios, que no son propietarios del bien y, sin embargo, pueden terminar soportando el coste de la tasa repercutida por los arrendadores”, señala la entidad en sus alegaciones. Por ende, el Ayuntamiento utiliza para sus cálculos “usos catastrales desactualizados o inadecuados”, ignorando realidades como la enorme cantidad de Viviendas de Uso Turístico (VUT) existentes la ciudad. Según el Plan RESIDE que el alcalde ha presentado hace unos días para regular este fenómeno, las VUT seguirán considerándose catastralmente como de uso residencial, a pesar de que desarrollan una actividad de carácter hotelero. Por ello, la FRAVM propone que se les aplique el coste correspondiente al uso catastral “Ocio y hostelería” modalidad aparthoteles.
En la misma línea, la Federación sugiere que en los locales comerciales “se aplique el criterio de actividad efectiva, basándose en la licencia de actividad o en la declaración responsable presentada, y no únicamente en el uso catastral registrado, para ajustar la tasa a la realidad de los residuos generados”
Por otro lado, la FRAVM considera “insuficiente e injusta” la bonificación a las familias numerosas, que se aplicará independiente de la renta, y propone ampliarla a otros grupos como las familias perceptoras de la Renta Mínima de Inserción y del Ingreso Mínimo Vital, “colectivos igualmente vulnerables o incluso más necesitados de apoyo”.
El barrio administrativo como medida
Respecto a la forma de calcular la Tarifa por Generación de residuos (TG) que propone el proyecto municipal, la Federación Vecinal rechaza de plano que se use para ello la media del barrio administrativo en el que se reside, un modelo que “penaliza a quienes gestionan adecuadamente sus residuos y beneficia a quienes no lo hacen, planteando un pago uniforme (“a escote”) que no refleja las diferencias reales entre viviendas”. Llama poderosamente la atención que el Ayuntamiento ni siquiera introduzca el criterio correctivo del tamaño del hogar, pues “resulta evidente que no genera los mismos kilos de residuos una vivienda con tres residentes que una con una sola persona”. Por ello, la FRAVM propone que la Tarifa por Generación “se diseñe considerando el número de personas en cada inmueble residencial”.
Si el Consistorio hubiese introducido en los años precedentes sistemas de recogida más eficientes, como el modelo “puerta a puerta” con el pesado individualizado, sería posible aplicar una tasa más justa basada en la cantidad real de residuos generados por cada hogar. Pero la realidad es que su modelo permanece inalterado desde el año 2019, y ahora, a pesar de haber tenido años para confeccionarla, presenta una tasa de basura improvisada que, además, “desincentiva la implicación ciudadana en la gestión de residuos”.
¿1.000 kg de residuos por persona y año en el Barrio del Aeropuerto?
Tras analizar los datos de generación de residuos por barrios administrativos del proyecto de tasa de basura, la FRAVM ha detectado imprecisiones y posibles errores que pueden generar una “evidente inseguridad jurídica”. Así, la tabla publicada establece que los hogares del barrio de Sol generan 854,22 kg por persona al año, los de El Plantío 886,33 kg/persona/año y, aún peor, los del Barrio del Aeropuerto, una de las zonas más modestas de la capital, 1.092,31 kg/persona/año. Estos valores exceden ampliamente los estándares razonables de generación de residuos en un entorno residencial.
A estas imprecisiones hay que añadir el propio modelo usado por el Ayuntamiento, que establece una tarifa uniforme a partir de 500 kg, “sin distinguir entre generar 500 kg a 1.000 kg anuales por vivienda”, algo tremendamente injusto que debe de ser corregido. La FRAVM solicita en este punto que el Consistorio recalcule los datos de generación de residuos de aquellos barrios con valores superiores a los 450 kg/persona/año y que los excesos de pesaje sea reasignados a los inmuebles no residenciales con actividad económica en cada zona, “ya que estas actividdes son presumiblemente responsables de la generación de residuos impropios”.
Impacto del turismo en la generación de residuos
Mención aparte merece el impacto de la población flotante y del turismo en la generación de residuos, que a día de hoy ha de ser asumido por la población residente de la capital. Según la Memoria del Parque Tecnológico de Valdemingómez de 2023, Madrid recibe 10,6 millones de turistas al año, con una media de 2,1 pernoctaciones, lo que equivale a una población adicional de 60.986 habitantes permanentes. A esta cifra debe añadirse una población flotante diaria de 1,41 millones de personas, que equivalen a 491.382 habitantes permanentes. Esta población generó un total de 171.223,03 toneladas de residuos, lo que equivale al 14,19% de la basura tratada Valdemingómez en 2023, un volumen que supera ampliamente los residuos generados por cualquiera de los 21 distritos de la ciudad.
Ante esta situación, la FRAVM propone de nuevo la aprobación de una tasa turística, de carácter finalista, que se use para inversiones en protección del patrimonio cultural y arquitectónico, mejora del medio ambiente urbano y natural, refuerzo de la seguridad pública y, desde luego, en gestión de residuos sólidos urbanos. “La implementación de una tasa turística contribuiría no solo a aliviar la carga económica sobre las familias residentes, sino también a reforzar el compromiso de la ciudad con un modelo de desarrollo sostenible, capaz de atender las necesidades derivadas de su atractivo turístico y dinamismo social”, asegura la organización vecinal en su documento de alegaciones, que en estos días será adaptado y presentado también por algunas de sus asociaciones federadas de la capital. El plazo para presentar sugerencias y alegaciones a la nueva tasa finaliza el próximo lunes 25 de noviembre.