¿Una biblioteca gastronómica en el Palacio de los Vargas?

La propuesta del Ayuntamiento de Madrid de abrir la Biblioteca de la Gastronomía y la Nutrición de la ciudad y un restaurante en el Palacio de los Vargas no ha gustado nada a los colectivos que llevan décadas defendiendo el patrimonio cultural y natural de la Casa de Campo. Estos proponen que el histórico edificio sea usado como centro de divulgación, administración y museo del parque. 

¿Una biblioteca gastronómica en el Palacio de los Vargas?
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 Por ello, las asociaciones vecinales y conservacionistas que conforman la Plataforma Salvemos la Casa de Campo solicitaron el 26 de julio a Paloma Sobrini, directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, que impida una intervención que consideran “lesiva para el desarrollo del BIC” del Real Sitio. Lo hicieron a través de una carta en la que, además de pedir una reunión, explican con detalle las razones de su rechazo a la iniciativa municipal. Unos días antes, en un encuentro celebrado en el Palacio de Cibeles, Manuela Carmena dejó claras sus intenciones de seguir adelante con la nueva propuesta, aunque ante la oposición manifestada por los representantes de la plataforma, acordó constituir con ellos después del verano un grupo de trabajo para estudiar la cuestión.

Hay que recordar que el pleno de la Junta Municipal de Moncloa, con la unanimidad de todos los grupos políticos, aprobó el pasado 8 de marzo una propuesta que recoge el uso museístico de este edificio, como aparecía en el programa de Ahora Madrid y en la declaración de BIC (Bien de Interés Cultural).

La citada plataforma, después de realizar un minucioso estudio, concluyó que el Palacio de los Vargas es el lugar idóneo para acoger el centro de divulgación, administración, dirección y museo de la Casa de Campo. Según la red ciudadana, estos usos tendrían una “función integradora de todos los elementos del conjunto constituido por el palacete de los Vargas, la Galería de las Grutas y el Jardín de Felipe II” y contribuirían a su preservación. El edificio histórico, además de albergar seminarios, conferencias y exposiciones de muy diverso tipo, “podría acoger el importante patrimonio fotográfico relacionado con el pasado de la Casa de Campo que se encuentra en la Hemeroteca Municipal, cuadros y grabados sobre los Jardines de la Casa de Campo, (..) objetos relacionados con la Guerra Civil y material procedente del yacimiento romano y de las diversas excavaciones”, indica la plataforma, antes de concluir: “el Palacete sería el lugar que acogería la memoria y el recuerdo del parque y punto de encuentro e información de los visitantes”. El edificio de los Vargas se encuentra en el núcleo histórico de la zona verde y ante una de sus entradas principales, la que la conecta con Madrid Río y, a través de Príncipe Pío, con el centro de la ciudad.

Para los colectivos vecinales y ecologistas, el proyecto municipal se aleja de las directrices de la declaración de BIC  de la Casa de Campo, algo que se consiguió en el año 2010 tras una larga batalla ciudadana. Según este documento, “el antiguo palacete o Casa de los Vargas, y las Grutas Renacentistas tendrán un uso característico cultural y/o museológico, ligado preferentemente a hechos o actividades relacionados con el Sitio Histórico”. Poco que ver con la biblioteca gastronómica y el restaurante anunciado por el Ayuntamiento, unos usos que, según la plataforma, introducen “una personalidad extraña y ajena a la historia del Real Sitio que conduce a la confusión y trivialización general del parque, abundando en la pérdida de identidad producida a lo largo de los años”.

La coordinadora ciudadana, que en todo momento ha mostrado una actitud constructiva y colaborativa, ha propuesto a la alcaldesa que su proyecto se ubique en el pabellón de Valencia, dentro de los Recintos Feriales y próximo a la zona de restauración, lo que podría contribuir a impulsarla, ya que “está necesitada de recuperación”.

El palacete de la discordia fue la Casa de Campo de los Vargas y es el que da nombre al propio parque. Construido en el siglo XVI y remodelado por Francisco Sabatini, arquitecto de Carlos III, representa una parte esencial de la historia de la villa. Tal y como recuerda la plataforma, “la fértil unión del Alcázar Real de Madrid con la Casa de Campo de los Vargas y su frondoso entorno dio como fruto la capitalidad de Madrid”. Ha sido morada de nobles y gobernantes como Carlos I, Fernando VI y José Bonaparte. En 1931 el Gobierno de la República lo cedió al Ayuntamiento de la capital junto al resto de la Casa de Campo. En los últimos años, deshabitado y sin uso, el palacio había caído en un peligroso abandono. Las denuncias sobre su estado llevaron al Consistorio a realizar, en 2014 y 2015 una operación de restauración con carácter histórico que dio muy buenos resultados. Ahora solo queda que se le de el uso que marca el BIC y demandan las asociaciones defensoras del patrimonio y del medio ambiente.

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